Discriminados. Así están los mayores de treinta años residentes en el municipio madrileño de Guadarrama que tienen terminante prohibida la entrada a la casa de la juventud, espacio municipal gestionado por Aurea Escudero Hernández, concejala de Juventud, aunque la que realmente tiene voz y voto es Eva Vázquez de Prada, técnico del Ayuntamiento y directora del espacio. Es precisamente esta última la que niega la entrada a los treintañeros porque defiende que es sólo un lugar dirigido a la realización de actividades para jóvenes. De hecho, los padres tampoco pueden penetrar en la Casa de la Juventud porque Vázquez piensa que incomodan y agobian a sus hijos con su sola presencia. El hecho es un claro ejemplo de discriminación por edad.
Esta discriminación por edad ha saltado a la palestra mediática después de que Juan Antonio Herrero, exdirector del programa de Ilusionismo del RCU María Cristina, intentara llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento de Guadarrama para llevar al municipio madrileño un proyecto muy similar al que implantó en El Escorial. Herrero tuvo las primeras tomas de contacto con Sara Villa Ruiz, concejala de Cultura, porque entendía que el master de ilusionismo debía ser tratado con la persona encargada del área de Cultura. La idea de Herrero tuvo una gran acogida por parte de la edil. De hecho, se mostró muy receptiva a que el proyecto aterrizara en Guadarrama porque consideraba que podría ser un buen escaparate para el municipio.
Todo parecía ir por buen camino, hasta que llegó el momento de decidir la ubicación de este curso de ilusionismo. Herrero, el impulsor de este nuevo proyecto, propuso que este se emplazara en las instalaciones de la Casa de la Juventud, un magnífico edificio de principios del siglo XX, que el ayuntamiento consiguió por un proceso de permuta, y al que se añadió un imponente complejo con todo tipo de avances tecnológicos, aulas con aire acondicionado, salón de actos. La sorpresa fue cuando la propia Villa Ruíz le confesó que sería muy difícil realizar esta actividad en este espacio, porque eran muy poco flexibles con la edad de las personas que pisaban este recinto. «Se ponía muy nerviosa cada vez que hablábamos del tema», afirma Herrero.
Pasaba el tiempo y el impulsor de este master de ilusionismo seguía sin obtener ninguna respuesta definitiva a su petición de emplazar su proyecto en la Casa de la Juventud. A comienzos de Marzo, Villa Ruíz le explicó que ella no podía hacer nada y que intentara hablar directamente con la concejala de juventud, Aurea Escudero Hernández. Esta última, al igual que su compañera de escaño en el consistorio, se mostró encantada con el proyecto y dispuesta a que este tuviera lugar en la Casa de la Juventud, pero advirtió a Herrero de lo difícil que sería convencer a Eva Vázquez de Prada, técnico del Ayuntamiento y directora del espacio.
La 'dictadura' de la directora
Durante la primera visita a las instalaciones, el conserje enseñó las mismas a Herrero y a otros dos magos que iban a ejercer de profesores en el master. El exdirector del programa de Ilusionismo del RCU María Cristina quedó maravillado por las magníficas condiciones que reunía el lugar para su proyecto. En su segunda visita a la Casa de la Juventud, Herrero buscó un entendimiento con Vázquez de Prada, pero las negociaciones no llegaron a buen puerto, según la versión del ilusionista.
«Pasados unos días volví al centro donde esta vez sí se encontraba Eva y le comenté que había estado viendo las instalaciones. Ella me respondió de muy malos modos y me preguntó que cómo había entrado y quién me había permitido el paso. Le expliqué que había sido el conserje quien amablemente nos mostró el espacio y cuáles eran mis intenciones con respecto al proyecto. En ese momento, me dijo que ahí no se iba a realizar ninguna actividad en la que participasen mayores de 30 años», explica el propio Herrero.
Las explicaciones de Vázquez de Prada ratificaron las sospechas de las concejalas. Estupefacto por la argumentación de la directora de la Casa de la Juventud Herrero pensó que la decisión final sobre la posibilidad de emplazar el proyecto en estas instalaciones estaría en manos de Escudero Hernández, responsable del área de Juventud, pero se equivocó.
«Aurea me dijo que iba a hablar con Eva para estudiar el proyecto, aunque la propia Eva ya me advirtió que en el caso de que Aure lo aprobara ella elaboraría un informe desfavorable. Además, la propia directora también me dijo que eran normas de la Comunidad de Madrid y que ni siquiera dejan entrar a los padres de los jóvenes que visitan la Casa de la Juventud porque incomodan y agobian con su sola presencia a los chavales», afirma Herrero.
Transcurridos varios días, el Ayuntamiento de Guadarrama dio una respuesta oficial a Herrero: «De repente, me notificaron desde la concejalía de juventud que era imposible realizar el programa del master de ilusionismo por falta de personal y de capacidad para acoger un evento de tal magnitud, pero es una argumentación para encubrir la intransigencia de la directora de la Casa de la Juventud». Estrella Digital ha intentado ponerse en contacto tanto con el Ayuntamiento de Guadarrama como con Eva Vázquez de Prada para que pudieran ofrecer su versión de los hechos, pero al cierre de esta edición este diario no ha obtenido ninguna respuesta oficial.
Carlos Lospitao