Se despide una reina de la política española. Dimite o la «sacrifican», según la versión de Ciudadanos. «Están dispuestos a sacrificar peones y reinas para salvar a su partido», ha declarado Begoña Villacís, portavoz de la formación naranja, cuando ha salido a valorar el retiro de la exportavoz municipal del Partido Popular. Sacrificada o no, el caso es que Esperanza Aguirre ha decidido dimitir como concejala del Ayuntamiento de Madrid en una sala abarrotada de periodistas -con sudores en sus frentes de la carrera que se han tenido que meter para llegar a tiempo a una rueda de prensa precipitada por los hechos- y con un discurso que no ha superado los dos minutos de duración.
El ambiente no rezumaba tristeza, sólo resignación y aceptación. La cara de Aguirre no era la de una persona que se cree culpable de nada, sino la de un ser humano que siente haber vivido una mentira durante sus años al frente de la Comunidad de Madrid y así lo ha querido transmitir a los madrileños: «Me siento traicionada y engañada por Ignacio González».
Una rueda de prensa anunciada a las 16.30 horas de la tarde y convocada para las 17.00 horas por el grupo municipal del Partido Popular presagiaba que algo iba a pasar. Los primeros rumores apuntaban a una dimisión de Esperanza de Aguirre, pero los más incrédulos se negaban a pensar en esta posibilidad. Acompañada de su inseparable jefa de prensa, Isabel Gallego, y escoltada por todos sus compañeros de partido en el Ayuntamiento de Madrid, Aguirre con una imagen sobria -chaqueta blanca y un pantalón negro- ha hecho acto de presencia en la sala donde la esperaban más de medio centenar de periodistas para comenzar su breve intervención. Tomó la palabra sin titubeos y con la convicción que los hace aquella persona que afirma no ocultar nada: «Ignacio González ha sido una persona de mi total confianza». A partir de ese momento, la 'popular' se ha dedicado a repasar la carrera política del exnúmero dos de Aguirre.
Con un discurso muy preparado soltó todo de seguido hasta que llegó el momento de reconocer 'su' culpa: «No vigilé más». Justo en ese momento, Aguirre ha respirado hondo en un intento de coger fuerzas para el poco más de un minuto que le quedaba de comparecencia y en el que iba anunciar lo que realmente todo el mundo esperaba: «No vigilé lo que debía y por eso dimito del cargo político que ostento, concejal del Ayuntamiento de Madrid y portavoz del grupo municipal del Partido Popular». Era tal la aceptación de la noticia que entre los periodistas no se escuchó ningún murmullo, ningún codazo y ninguna mueca de sorpresa.
«Tengo como norma de conducta no eludir nunca mis responsabilidades y por eso presento mi dimisión». De esta manera terminaba Aguirre un discurso que no ha alcanzado los tres minutos. Después una lluvia de focos ha envuelto a la 'popular' durante los escasos 10 metros que separaban la sala de prensa de la puerta que iba a ponerla a salvo de las preguntas incómodas de los todavía acalorados periodistas. «Mira que llevaba tiempo esperando la dimisión de esta mujer y me ha resultado decepcionante», comentaba uno de los periodistas presentes. «Ya ves, a mí no me ha dado tiempo a coger una foto decente», le contestaba una fotógrafo.
Decepción ha sido la palabra más empleada por los periodistas, que se han quedado con la mano levantada a la espera de realizar una pregunta que nunca llegó. Sin preguntas y a la carrera ha desaparecido de la política por tercera vez -ya abandonó la presencia de la Comunidad de Madrid y la presencia de su partido en la Comunidad de Madrid- Esperanza Aguirre, la lideresa de la política española.
Carlos Lospitao