En el Centro Integral de Formación de Seguridad y Emergencias (CIFSE) el pasado viernes 2 de junio fue día de nervios y exámenes: allí se llevó a cabo la prueba de acceso a la UAS (Unidad de Apoyo a la Seguridad de la Policía Municipal de Madrid). La prueba ha levantado ampollas entre los antidisturbios de Madrid que se presentaron, a pesar de no estar conforme con la nueva unidad creada en detrimento de las defenestradas UCS. Preguntas sobre la 'familia' y la 'patria' han indignado a los policías, que no entienden la relación entre estos términos y su labor como futuros miembros de la UAS. «Buscan un perfil político y no una persona con unas características específicas para el puesto», denuncia uno de los 250 aspirantes.
La batería de preguntas psicotécnicas no han dejado indiferente a ningún miembro de las UCS. «No eran cuestiones con las que pudieras adivinar la personalidad del individuo, sino que eran preguntas ambiguas y muy difícilmente valorables», afirma uno de los policías del cuerpo local. El enfado y la indignación es tal que incluso hay algunos agentes que sopesan la posibilidad de impugnar el examen, a pesar de que los sindicatos dieron el visto bueno a la realización del mismo.
De todos modos, las siete preguntas del psicotécnico no son las únicas que han supuesto el enfado del cuerpo local. La ausencia de cuestiones relacionadas con su labor entre las que se encuentra, por ejemplo, el control de masas también han contrariado a los policías municipales. «En vez de preguntarnos sobre el supuesto trabajo que realizaremos como miembros de la UAS, nos preguntaron sobre cuestiones del tráfico. ¿Qué pinta el tráfico en una unidad que en un principio realizará labores similares a las UCS?», se pregunta uno de los examinados. Además, este es un hecho excepcional que no ha ocurrido en otras pruebas de acceso. «Si vas a intentar a entrar en radio, por ejemplo, y te realizan cuestiones sobre transmisiones», asegura un aspirante a la UAS.
Preguntas fuera de contexto
El tráfico no fue el único punto discordante del examen. Otra pregunta, que cuestionaba a los agentes la manera de proceder durante la intervención en una asociación de fumadores de cannabis, también ha sido motivo de debate. En este sentido, algunos miembros de las UCS aseguran que ellos cuando actúan en una operación de esta índole lo que hacen es asegurar la zona y el perímetro. «No conocemos todo lo que se hace durante el registro porque nuestra función es entrar los primeros y asegurarnos de que los compañeros que entren después puedan realizar su labor de manera segura», reconoce un aspirante a formar parte de la UAS.
Por otro lado, el tiempo con el que fue comunicado la convocatoria del examen es otro de los factores que ha molestado a los agentes. El Ayuntamiento comunicó a los examinados la fecha de la prueba con tan sólo tres días de antelación. «Hay compañeros que estaban en Alemania o fuera de Madrid porque tenían días libres y se tuvieron que venir deprisa y corriendo y dejar sus planes», explica un policía municipal. «Ellos alegan que ha sido todo tan prematuro porque no querían que coincidiese con las vacaciones», afirma el mismo agente.
El escaso tiempo que tuvieron para preparase el examen y las preguntas ambiguas han mellado el ánimo de los cerca de 110 agentes que forman la segunda unidad de las UCS, la única que todavía está en activo. «La gran mayoría de nosotros salimos con la sensación de no haber superado el test», reconoce uno de sus miembros. «Aquí hay gente muy valida y que puede quedarse fuera por un examen ilógico», prosigue. «Han ido a por nosotros», sentencia.
Sin privilegios
Los miembros de las UCS2 también se quejan de no tener ninguna ventaja sobre el resto de aspirantes que quieren ingresar en la UAS, a pesar de conocer de primera mano la gran mayoría de labores que se supone que realizará esta nueva unidad. «Sí es cierto que al final de todo el proceso hay un concurso de méritos y sumaríamos más puntos, pero para eso hay que aprobar este examen y otra prueba más. Visto lo visto, no tenemos muchas esperanzas de conseguir llegar hasta el final», declara uno miembros de las UCS.
De todos modos, aunque los actuales agentes de las UCS consiguieran entrar en la UAS, la gran mayoría sospechan que poco a poco la nueva unidad perderá la esencia de los antidisturbios, el control de masas y la seguridad ciudadana, para ser una simple unidad de apoyo. «Estoy seguro que cuando ya estén formadas las UAS quitarán las furgonetas blindadas, pondrán patrullas y nos mandarán como refuerzo a las intervenciones. Además, nos tendrán cogidos con el horario y con el turno de noche de fin de semana», denuncia uno de los afectados por esta supuesta situación.
Este examen deja el sentimiento generalizado entre los miembros de las UCS que se han presentado al examen para entrar en la UAS de frustración y enfado. «Quieren acabar con la gente de dentro. No nos quieren y han buscado un examen para que nosotros no tuviésemos más posibilidades que otros», sentencia un antidisturbios de Madrid.
Carlos Lospitao