La crónica de una muerte anunciada. Este fue el final de la moción de censura sobre Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, y presentada por la diputada Lorena Ruiz-Huertas. Los votos en contra del Partido Popular y Ciudadanos y la abstención del PSOE han salvado a la Cifuentes. La sesión plenaria ha estado marcada por el boicot de los 'populares' a la moción con continúas intervenciones de sus consejeros para alargar un debate que con un final ya escrito. El resultado, lo esperado: 27 votos a favor, 64 en contra y 34 abstenciones.
A pesar de salir derrotada, Ruiz-Huertas ha afirmado que el único «perdedor» del debate ha sido el Partido Popular y su debate «farragoso». Versión distinta de los ocurrido ha tenido la protagonista de la sesión, Cifuentes: «El debate lo han convertido en un fango y por eso he decidido acabar con él, tras los insultos de Espinar», ha declarado. «El ensayo les ha salido mal», ha continuado en alusión a la próxima moción de censura que tendrá lugar en el Congreso de los diputados contra Mariano Rajoy.
La guerra sucia entre la formación 'morada' y el Partido Popular, fue la otra nota significativa de la jornada. También, Cifuentes y su equipo abandonaron la Cámara unos minutos antes de que se anunciara la votación, tras recibir Enrique Ossorio y la propia presidenta insultos por parte del diputado 'podemita', Ramón Espinar.
“Los miembros del Consejo de Gobierno podrán intervenir en los debates siempre que lo soliciten, sin perjuicio de las facultades de ordenación que corresponden al presidente”. Así reza el artículo 113.6 del Reglamento de la Asamblea de Madrid y a él se han agarrado en el Partido Popular para boicotear y alargar en el tiempo una moción la moción de censura a Cifuentes. Uno a uno han desfilado por el estrado de la Cámara madrileña cada uno de los consejeros populares para desesperación de la bancada de Podemos.
Por su parte, la formación 'morada' ha llegado incluso a amenazar con abandonar el hemiciclo si la presidenta del pleno, Pilar Andrados, no cortaba esta batería de intervenciones intencionadas e “ilegitímas”, según su versión. Podemos aludió que las mociones de censuras se regían y se regulaban por otro reglamento diferente, pero más tarde y en privado confesaron que cometieron un error al no contemplar esta posibilidad en la junta de portavoces celebrada el día anterior a la celebración del pleno.
Además de la 'perfomance' de Podemos y el 'boicot' -legal, por otra parte- la moción de censura estuvo marcada por la incertidumbre que se cernía sobre la posible comparecencia de la propia presidenta, Cifuentes. Hasta su abandono de la Cámara, Cifuentes tenía pensado intervenir, pero los insultos de Ramón Espinar hicieron cambiar de opinión a la líder de los 'populares' en Madrid. «Tenía pensando comparecer, pero Podemos no se lo merece», ha declarado ante todos los medios de comunicación.
Una guerra sucia
Discusión, mucha; debate, muy poco y contenido, inexistente. Así es como han transcurrido las primeras horas de la moción de censura a Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, presentada por Podemos. Desde el Partido Popular habían calificado esta moción como un «circo». Y apropiándose de la definición el diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid, Jacinto Morano, ha llamado «payaso» al consejero de la presencia,Ángel Garrido.
El primero en abrir fuego fue Ramón Espinar, que con una intervención de más de una media hora y repleta de citas convirtió el «circo» en una especie de 'ring' de boxeo donde el Partido Popular y Podemos se erigían como los dos púgiles, el partido socialista como árbitro y Ciudadanos como un mero espectador del 'espectáculo'. Espinar ha atacado una y otra vez a los 'populares' y ha repasado las «obras faraónicas» realizadas bajo su mandato.
Espinar ha sido el representante de Podemos en exponer los motivos de la moción de censura en el Pleno de la Asamblea, donde ha comparado el Gobierno de Cifuentes con el de Esperanza Aguirre.»Usted ya es una rana más de la charca de la señora Aguirre», ha dicho.
«Todo el mundo sabe que Esperanza Aguirre mentía y a todo el mundo le de da vergüenza que usted también mienta», ha dicho el diputado regional, al tiempo que ha comentado que «ha copiado» a la expresidenta de la Comunidad «hasta la estrategia para defenderse de la corrupción».
Espinar ha citado las palabras de Cifuentes en los actos del Dos de Mayo, en las que aseguraba que había terminado la corrupción en la Comunidad de Madrid, mientras la Unidad Central de la Guardia Civil (UCO) realizaba dos informes sobre la adjudicación de los contratos de la Asamblea «para la imputación judicial» de la presidenta regional, ha dicho.
Garrido contesta al ataque
Tras el agresivo discurso del diputado de la formación 'morada' tomó la palabra Ángel Garrido, consejero de la Presencia, y aludía para a ello al artículo 113.6 de la Asamblea de Madrid: «Los miembros del Consejo de Gobierno podrán intervenir en los debates siempre que lo soliciten, sin perjuicio de las facultades de ordenación que corresponden al presidente».
Al final, Garrido ha subido al estrado a pesar de las quejas de la bancada 'podemita' que ha afirmado que el Gobierno no puede tomar la palabra «siempre quien quiera». El consejero de presidencia ha calificado la moción como «un espectáculo de la feria de las vanidades». Durante su intervención ha acusado a Podemos de utilizar esta moción de censura como una «performance para la puesta de largo de Lorena Ruiz-Huerta», portavoz Podemos en la Asamblea de Madrid.
«Utilizan esta cámara para su mera propaganda, para dar a conocer a sus desconocidos y desconocidas líderes, arañando unos minutos en los medios de comunicación», ha afirmado el consejero a la presencia. El consejero, muy criticado en las redes sociales por esta expresión, lo ha hecho al aludir un artículo de prensa en el que Espinar afirmaba que las mociones de censuras propuestas a Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, y a la propia Cifuentes son «una puesta de largo» para demostrar que tiene un «proyecto de gobierno aplicable».
Tras esta acusación, el departamento de comunicación de Podemos ha facilitado otro artículo de prensa en el que se hacía alusión a esta supuesta puesta de largo. Según la versión de la formación morada, Espinar afirmó que tomaban la moción «como una puesta de largo» y no como «el final del camino».
«Y es que claro, tienen ustedes un enorme lío interno. Podemos concurrió inicialmente a las elecciones de 2015 con José Manuel López como cabeza de lista pero, en una de sus purgas soviéticas, al señor López se le desterró a la última fila de este Parlamento y tomó el relevo la señora Ruiz Huertas, a quien hoy presentan en sociedad», ha proseguido Garrido.
Los rifirrafes entre los miembros de Podemos y los del equipo de gobierno regional fueron una constante durante toda la sesión, al que asistieron como invitados de lujo PSOE y Ciudadanos. Ángel Gabilondo, secretario general del partido en Madrid y al que se le presupone un papel importante, se ha mantenido al margen en todo momento. Ha sido su portavoz, Franco el que ha llevado el peso del discurso socialista, aunque ha pasado tan inadvertido como la ausencia del también socialista, José Manuel Freire, durante la votación de la moción a la que llegó tarde.
Por su parte, Ciudadanos ha sido un mero espectador del «bochornoso» espectáculo y se ha remitido ha realizar un par de intervenciones en las que su única aportación ha sido afirmar que la moción era «una pérdida de tiempo para todos».
Tras más de diez horas intenso debate -por llamarlo de algún modo-, la sesión concluyó entre los aplausos a la candidata 'podemita' y la rápida huida de la bancada 'popular'. Al final, todos parecen satisfechos de un espectáculo que todos los partidos han calificado como «bochornoso». El Partido Popular sigue en el Gobierno; Podemos ha tenido su deseada «puesta de largo» de su candidata; Ciudadanos con la ilusión intacta tras un debate que poco o nada le ha salpicado y el PSOE con la conciencia tranquila por no haber apoyado una moción en la que nunca creyeron.
Carlos Lospitao