Se empieza por el Twitter y no se sabe dónde se acaba. Entre los muchos seguidores de Cristina Cifuentes, más de 208.000, han desaparecido Aguado y el resto de representantes de Ciudadanos. Mal asunto.
Cifuentes no perdona que Aguado se comporte como Podemos, al tiempo que dice apoyar al Gobierno madrileño. Sabiendo que resulta imposible que Ciudadanos se alinee con Podemos y Socialistas, y aun a costa de dos años difíciles, la presidenta de la Comunidad de Madrid no vacila en distanciarse de la formación naranja y su líder.
La ausencia de Cristina Cifuentes en la reunión de seguimiento del Acuerdo de Gobierno entre PP y Ciudadanos ha sido el momento elegido por la presidenta para escenificar su alejamiento. Lo importante, dice, no es la foto sino los acuerdos que se cumplen. Ante su ausencia, Aguado y Zafra han abandonado la reunión, y de paso el han hecho un feo al número dos del Gobierno, Angel Garrido, y al consejero Jaime González Taboada.
En la misma tarde de este jueves, en el discurso pronunciado en el Comité Ejecutivo autonómico del PP de Madrid, Cifuentes ha arremetido contra todos los partidos de la oposición, incluido Ciudadanos. Se ha referido al PP como «un partido que no da bandazos ideológicos, como Ciudadanos y como el PSOE, y que tampoco hace de la ideología excusa para excluir a nadie, como Podemos», ha dicho. A Ciudadanos le ha reprochado que se presente «como el artífice de los avances» cuando cree que «en realidad no puede presumir de hacer política útil».
El tremendo enfado de Cifuentes con el diputado César Zafra, debido a la actitud de éste en la Comisión de Investigación de la Asamblea, en la que según los populares fue más agresivo que Podemos, así como el bajo perfil que Aguado mantuvo en la Moción de Censura han movido al PP a someter a cierto castigo a la formación madrileña de Ciudadanos, rechazando alguna propuesta que, en otro momento, habría sido al menos motivo de consideración, afirman en fuentes del grupo parlamentario popular.
Aguado reconoció que la relación con Cifuentes es más tensa a raíz de los informes que se analizaron en la Comisión de Investigación. Igualmente, el voto en contra del PP en la toma en consideración de una proposición de ley presentada por la formación naranja que buscaba proteger a los funcionarios que denuncien posibles casos de corrupción en la Comunidad.
«Ciudadanos ha dado un plante a los ciudadanos», ha arremetido Garrido contra Aguado, mientras insistía en que de las cuatro reuniones convocadas para analizar el cumplimiento del Pacto (en febrero, julio y diciembre de 2016 y la de hoy), Cifuentes ha asistido a las tres primeras porque se lo permitía la agenda, a pesar de que quien tiene la capacidad de evaluar cómo se está cumpliendo el acuerdo es él mismo.
Maniobras electorales
No obstante, el fondo del asunto, tanto la agresividad de Zafra como el distanciamiento de Aguado, tiene que ver con la estrategia electoral de Ciudadanos. En el momento más difícil de la situación de Cifuentes, el partido naranja decidió presentarse como una “clara opción de Gobierno» y dar un giro en la segunda parte de la legislatura
Cifuentes cree que la búsqueda de presencia y protagonismo de Aguado limitará sus posibilidades de acuerdo, pero no está dispuesta a aceptar las presiones que según ella está recibiendo.
«Yo le digo a Ciudadanos que si tiene alguna estrategia electoral en mente, suya o de la dirección nacional, no es el momento. Es momento de seguir trabajando», ha afirmado el también consejero de Presidencia y Justicia, que ha reiterado que eso es lo que hace el Gobierno: «Trabajar con rigor, seriedad y honestidad».
Cifuentes cree que el momento más delicado, los informes de la UCO, han pasado y que, a pesar de los intentos de Granados, las investigaciones sobre Arpegio, el Canal o la Púnica no le afectarán a ella ni a su equipo. Considera, igualmente, que el esfuerzo de proyección de Aguado tampoco ha tenido demasiado éxito y opina que ubicarlo en el “tripartito de la inquisición” debilita sus opciones de gobierno.
Dificultades para los Consejeros
Algunas gestiones de Gobierno, sin embargo, sufrirán el alejamiento. Singularmente, la Consejería de Sanidad. El consejero de Sanidad, Jesús Sánchez-Martos, ha sido reprobado por toda la oposición.
Ignacio Aguado, portavoz de Ciudadanos, al anunciar su voto favorable ya expresó el alejamiento del Consejero: “Quiero otro que se tome en serio la sanidad pública y que desarrolle una estrategia de inversiones”.
Pero el consejero ya ha anunciado que no dimitirá, a pesar de las críticas contra su gestión. La presidenta regional, Cristina Cifuentes, le respalda y considera la iniciativa una estrategia de “acoso y derribo” del “tripartito de la oposición” contra su Gobierno.
No menos difícil será la situación después del verano para la Consejería de Economía que deberá abordar los Presupuestos del año próximo sin el colchón del acuerdo garantizado que suponía Ciudadanos.
Necesidad de vínculos sociales y locales
El conflicto con Aguado puede alejar a Cifuentes de la estrategia “ social” que intentaba para los dos últimos años de legislatura. Con cierta potencia en el empleo, aunque de baja calidad, el gobierno de Cifuentes pretendía afrontar los agujeros sociales que mantiene. Todos los municipios reclaman centros de salud, muchos de ellos colegios, señalan problemas sanitarios y expresan sus debilidades en materia de bienestar social.
La paralización de la Comunidad que se ha percibido a mitad de la legislatura podría suponer un coste que, sin duda, opina el PP, puede estar auspiciado por Ciudadanos.
Domingo Labrador