Esta vez los fascistas no dejaron títere con cabeza en su última hazaña en el cementerio de Fuencarral (Madrid), donde han profanado los distintos memoriales que desde los inicios de nuestra democracia más reciente se erigieron allí en homenaje a los brigadistas internacionales que acudieron en 1936 a la llamada por la defensa de los valores democráticos que fueron agredidos el 18 julio de ese mismo año.
Símbolos nazis de las ultraderechistas bases Autónomas y pintadas dando vivas a la Legión Cóndor y llamando asesinos a los judíos deslucieron el pasado 30 de agosto las placas que honran la memoria de los voluntarios antifascistas en distintos puntos de la necrópolis, incluida la lápida institucional en memoria de los españoles que combatieron por la libertad de Europa (1939-1945).
El Foro por la memoria democrática ha denunciado los hechos y afirma que “ya está bien de que las administraciones públicas madrileñas miren para otro lado. Deben imponer el valor de la lucha democrática y el de la democracia ante estas agresiones que serán, seguro, condenadas en lo moral pero que no serán perseguidas por lo penal y seguirán cometiéndose con la misma impunidad con la que se mantiene a los criminales de la dictadura franquista”.
“Con quien no acepta la democracia, continúa el Foro por la Memoria Democrática, y la convivencia pacífica con el diferente no se puede debatir ni reconciliar (algo parecido acaba de decir en estos días un juez en el proceso condenatorio de una anciana que niega el terror en los campos de exterminio nazis).
Estos hechos que hoy se denuncian no son tanto vandálicos como una actitud política. Se pone, igualmente de manifiesto que en Madrid, los espacios y objetos públicos de memoria democrática no son motivo de vigilancia, atención y conservación igual que cualquier otro elemento urbano de carácter cultural, histórico o natural.
El Foro por la memoria democrática, acaba su declaración señalan “Exigimos políticas públicas de memoria que frenen el avance de estos hechos, combatan la ignorancia y desarrollen los valores de convivencia y respeto básicos de cualquier estado que pretenda tildarse de democrático”.
José Casanate