Una intervención policial en la localidad madrileña de Getafe, presidida por la socialista Sara Hernández, acabó con dos detenidos, un cuchillo de más de 30 centímetros de longitud requisado y con la baja de un agente del cuerpo local por fuertes contusiones en todo el cuerpo. El arma blanca requisada ya está en manos del Cuerpo Nacional de Policía y los dos arrestados ya han pasado a disposición judicial.
Este pasado lunes a las 13:00 horas de la tarde, dos agentes de la Policía Local de Getafe visualizaron a un vehículo blanco que circulaba en sentido contrario en la calle de Francisco Rabal. Enseguida, los dos policías dieron el alto al coche en cuestión para pedirle la documentación al conductor, que resultó ser de etnia gitana. Tras no aportar ningún documento identificativo alguno, los agentes decidieron abrir diligencias y comenzaron por lo tanto a realizar las primeras pesquisas necesarias. Pero transcurridos sólo unos segundos, hasta el lugar de los hechos comenzaron a llegar varias personas que decían conocer al infractor. Hubo alguno que llegó a identificarse como familia de este último
La situación que parecía controlada comenzó a tensarse cuando los recién llegados a la escena empezaron a entorpecer la labor de los dos agentes de la Policía Local de Getafe. Ante la imposibilidad de controlar las circunstancias surgidas de la intervención, uno de los policías decidió pedir refuerzos. Estos llegaron en breves momentos, según afirman fuentes policiales, pero los nervios ya se habían apoderado de la situación. Todo se complicó cuando el conductor del vehículo se dio a la fuga, tras arremeter contra uno de los policías que cayó al suelo fulminado. Esta circunstancia fue aprovechada por uno de los familiares para propinar una patada a otro de los policías.
«Al final se logró detener al fugado y al otro atacante, pero los policías volvieron a recibir los golpes del resto de personas que se habían desplazado hasta el lugar del incidente», afirman fuentes policiales. Tras los dos arrestos, el familiar que había agredido con una patada a uno de los policías incitó y alentó al resto de personas a lastimar a todo el personal policial allí presente. «En el cacheo superficial al conductor se le intervino un cuchillo de más de 30 centímetros. Los agentes, después de la intervención tuvieron que recibir atención médica por los golpes recibidos y uno de ellos se encuentra de baja», confirman fuentes policiales. Existe un cierto malestar en la plantilla porque no se personó ningún mando y por el agente de baja sólo se ha interesado telefónicamente un sargento del cuerpo local.
Carlos Lospitao