jueves, noviembre 21, 2024
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Las librerías de Madrid contra el Plan Accede

Las librerías de Madrid denuncian los problemas que les acarrea el Plan Accede de la Comunidad, que cumple su cuarto año en vigor y que se basa en que los centros educativos son los que compran los libros de texto

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En un comunicado destacan que «Las librerías temen que se vuelva a repetir el mismo escenario de incertidumbre de los cursos anteriores, dado que, aparte de otros problemas derivados de la mala gestión de dicho plan, la Consejería de Educación vuelve a agotar los plazos para dotar a los centros de los recursos económicos necesarios para la compra de los libros con las negativas consecuencias que ello trae consigo para todas las partes implicadas».

A los  establecimientos les afecta porque «deben gran parte de su facturación al suministro de libros de texto», por lo que en 2020 cerraron 129 pequeñas librerías.

Según sus datos, las librerías que trabajan en Accede «rara vez llegan al 10% de margen comercial bruto» por lo que tienen que rechazar ofertas, pues venderían a pérdidas, por la fijación arbitraria de precios realizada por la Consejería.

A finales de la semana pasada, aún había centros pendientes de recibir la dotación correspondiente que les permita iniciar el proceso administrativo para adquirir los libros de texto que necesita el alumnado.

Según las propias librerías, en el mejor de los casos, se requiere posteriormente de unas tres semanas de gestión para recibir el material.

Parte del sector no quiere que, debido a la premura de tiempo, la Consejería de Educación no haga una correcta aplicación de la Ley 7/2017, de 27 de junio, de Gratuidad de los Libros de Texto y el Material Curricular de la Comunidad de Madrid.

Entienden que, si bien la Consejería de Educación ha aplicado la ley educativa en vigor –la LOMLOE o Ley Celaá-, lo ha hecho intentando minimizar las consecuencias económicas de su aplicación.

Consiguen ahorrarse una cantidad importante de dinero que tenían que gastar, ha señalado Pablo Bonet, secretario del Gremio.

Algo que explicaría la recomendación de no cambiar los libros para este curso, en comunicaciones directas realizadas a los centros escolares el pasado mes de junio.

Las pequeñas librerías temen desaparecer si la Consejería no arbitra alguna solución alternativa, pues muchas no pueden participar de la venta de libros.

En todas las reuniones mantenidas con la Consejería, tanto las librerías agrupadas en la Asociación de Pequeñas Librerías como en el Gremio, han pedido un cambio de modelo basado en la gratuidad, pero pasando por la implantación del cheque-libro.

Consideran necesario, asimismo, volver al precio fijo. «No tiene sentido el precio libre en los libros de texto, sobre todo cuando la fijación de precios se hizo sin tener en cuenta los márgenes comerciales establecidos para las librerías«, ha zanjado Bonet.

M.M.

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