Cuatro de las vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que se opusieron la pasada semana a la elección del magistrado Luis María Díez-Picazo Giménez como presidente de la Sala Tercera o de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo advierten, en su voto particular, que el acuerdo del Pleno «abre las puertas a la arbitrariedad en estado puro» ya que José Manuel Sieira, que optaba a renovar al frente del órgano, reunía «mayores merecemientos».
El Pleno eligió a Díez-Picazo por 12 votos frente a los 8 que obtuvo Sieira, que presidía la Sala desde el año 2010, y uno que obtuvo Eduardo Calvo. Al cargo también aspiraba el magistrado Jorge Rodríguez-Zapata Pérez.
En un voto de 16 páginas avalado por Roser Bach, María Victoria Cinto, Clara Martínez de Careaga y Concepción Sáez, aseguran que Siera «reúne mayores merecimientos para desempeñar el cargo» y su candidatura «brilla con luz propia» por lo que debió obtener la designación del Pleno del órgano de Gobierno de los jueces.
Las vocales aseguran que «la gravedad de lo sucedido no admite paliativos» y destacan que la Sala Tercera «controla los actos y disposiciones del Gobierno» y enjuicia, además, las normas del propio CGPJ.
«¿Por qué no se le renovó?»
El voto repasa los méritos de Sieira para ser reelegido y destaca que, su gestión de los últimos cinco años, no sólo no presenta objeciones sino que ha sido calificada como «muy satisfactoria».
«La pregunta a la que se debe responder es '¿por qué no se le renovó?'. Esta es la pregunta que nos hacemos las vocales discrepantes y un buen número de integrantes de la judicatura y de la ciudadanía. Y no hay respuesta», dice el escrito.
Recuerdan, además, que la decisión no tiene precedentes porque todos los presidentes de sala del Supremo han venido siendo renovados y no hay «ni una sola excepción de uno que no haya llegado a su jubilación con esa condición».