La delincuencia no se detiene en las fronteras nacionales, ni en la UE ni en otras partes del mundo. En los últimos veinte años, grandes han sido los esfuerzos por mejorar la cooperación en la lucha contra las actividades delictivas que traspasan las fronteras de la UE. Casi todos nosotros hemos trabajado juntos alguna vez, ya sea como fiscales cooperando con otro país de la UE o como miembros de un equipo de investigación conjunto de Eurojust. Pero esa colaboración no es suficiente: la obtención de pruebas en el extranjero sigue siendo un proceso demasiado lento; las investigaciones simultáneas, más rápidas, también se dilatan en exceso. Con demasiada frecuencia, los procedimientos de cooperación quedan bloqueados en las fronteras nacionales, de forma ajena a la realidad de la Europa actual: un espacio en el que los ciudadanos, incluidos los delincuentes, circulan libremente.
Instamos a los países de la UE a que, de una vez por todas, instituyan la Fiscalía Europea.
Nuestras economías y el dinero de los contribuyentes de la UE merecen estar mejor protegidos frente a las actividades delictivas. Todos los años, la delincuencia transfronteriza desvía al menos 50 000 millones de euros de ingresos procedentes del IVA, en detrimento de los presupuestos nacionales y de la UE. Es preciso atajar el fraude de manera eficiente: la existencia de una Fiscalía Europea dará una mayor dimensión a la lucha de la UE contra la delincuencia, haciendo que transcienda de la mera cooperación.
¿En qué consistirán los cambios? La Fiscalía Europea será un organismo fuerte, independiente y eficiente, dotado de las competencias de investigación y fiscalización necesarias. Actuará desde la UE en todos los Estados miembros participantes, donde luchará contra el fraude, la delincuencia organizada, la corrupción de alto nivel y el sofisticado fraude «en carrusel». Los fondos de la UE deberían contribuir a estimular el crecimiento, fomentar la igualdad económica y social y robustecer la enseñanza y la investigación en vez de desembocar en la financiación de actividades delictivas. La Fiscalía Europea podrá resguardar mejor el proyecto original.
La oficina de la Fiscalía tendrá una estructura única y descentralizada que garantizará la existencia de canales para una comunicación fluida y sorteará los obstáculos lingüísticos. Su personal podrá actuar en todos los Estados miembros participantes en tiempo real y tomar parte, las veinticuatro horas del día, en intercambios de información, investigaciones policiales coordinadas, congelación e incautación rápidas de activos y detenciones, operaciones que se efectuarán de conformidad con una estrategia común europea de investigación y fiscalización. Situada bajo el control de los órganos jurisdiccionales nacionales y europeos, la Fiscalía Europea asegurará también que en sus diligencias estén amparados los derechos de defensa, incluido el derecho a un juicio justo.
Nuestra experiencia en la labor de investigación como fiscales a escala de la UE nos conduce a estar firmemente convencidos del valor añadido de una Fiscalía Europea. Para lograr que ese beneficio se materialice, urgimos a los Estados miembros de la UE a que ultimen las negociaciones entabladas en 2013 y adopten la decisión lo antes posible.
Esperamos ver a la Fiscalía Europea enfrentarse a la delincuencia transfronteriza en los próximos años.