Ante más de 1.300 personas procedentes de 41 países, tuvo lugar ayer el acto de presentación oficial del Centro Internacional de Arbitraje de Madrid (CIAM), un proyecto fruto de la fusión de la actividad internacional de la Corte de Arbitraje de Madrid, la Corte Civil y Mercantil de Arbitraje y la Corte Española de Arbitraje, que nace con el objetivo marcado de hacer de esta ciudad el referente del arbitraje internacional en España.
El presidente del nuevo organismo arbitral, José Antonio Caínzos, agradeció el papel fundamental del ICAM en el proyecto como socio estratégico: “siendo el Colegio Profesional más grande de Europa, es la columna vertebral que ha hecho posible que exista el CIAM”, declaró.
Junto a Caínzos, intervinieron en el evento telemático la secretaria general de CIAM, Mélanie Riofrio Piché; el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; el presidente en funciones del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes; el presidente de la Cámara de Comercio Española, José Luis Bonet; su homónimo en la Cámara de Madrid, Ángel Asensio; el presidente de la Corte Civil y Mercantil de Arbitraje (CIMA), Juan Serrada; el decano del ICAM, José María Alonso; el Consejero de Economía, Empleo y Competitividad de la Comunidad de Madrid, Manuel Gimémez Rasero; y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.
Internacionalidad y vanguardia
La internacionalidad y la vanguardia son los elementos configuradores del CIAM, como explicaron los distintos intervinientes. “Va ser la punta de lanza de una nueva forma de prestar servicios de administración de arbitrajes internacionales”, afirmó Caínzos, refiriendo cómo se “ha integrado a figuras relevantes del arbitraje internacional y se va a trabajar con los más exigentes estándares éticos internacionales, hasta convertir Madrid en el eje de referencia internacional”.
Y es que el Arbitraje “en España funciona, se desarrolla, y resulta un mecanismo fundamental de evitación de conflictos ante los tribunales”, como apuntó González Rivas, pero además, “hay razones empresariales de peso para estar ilusionado con CIAM”, indicaba Asensio en referencia a la seguridad jurídica en el tráfico mercantil y la importancia de que las empresas, tanto nacionales como internacionales, puedan acudir a un sistema trasparente y homogéneo para dirimir sus discrepancias. A ello se suma, a su vez, la “posición geoestratégica de privilegio de Madrid, es el puente con Iberoamérica y la puerta de entrada a Europa, tiene un potencial importantísimo”, destacaba el presidente de la Cámara de Madrid, aseverando que “apostar por CIAM es apostar por el beneficio de todos”.
También Bonet recalcó el esfuerzo unificador de las tres Cortes que se han aunado en CIAM: “es la fórmula para crear una institución de arbitraje internacional de referencia en España”. En la misma línea, José María Alonso agradeció “la generosidad de las tres cortes implicadas, que permiten que Madrid tenga una voz marcada en el arbitraje internacional”.
Porque la finalidad última del Centro es convertirse en “Corte de Arbitraje de referencia de ámbito español”, en palabras de Lesmes, “y, con el esfuerzo de todos, habrá de poner a nuestro país a la cabeza del arbitraje internacional; España podrá ocupar el lugar que le corresponde en un mundo tan competitivo y exigente como el que nos ha tocado vivir”, afirmó el presidente del TS.
Oportunidad para la abogacía madrileña
CIAM también supone “la oportunidad de los colegiados del ICAM de demostrar su valía y participar en asuntos de relevancia internacional”, explicó el decano José María Alonso. “En mi larga carrera he podido comprobar que la abogacía latina tiene una calidad y una capacidad de actuación verdaderamente extraordinaria, no hay nadie que nos deje atrás”, añadió. De acuerdo a Alonso, “los abogados latinos tenemos unos costes mucho más reducidos que los anglosajones, sin que ello implique ninguna merma en nuestro compromiso con los clientes, es por ello que debemos ocupar un papel mucho más relevante”. En este sentido, Giménez también destacó “la voluntad de apertura al sector de CIAM, porque se menciona específicamente la necesidad de incluir a más profesionales, eso significa más competencia y más calidad”.
El alcalde Martínez-Almeida, por su parte, celebró la creación del centro en Madrid, la sede más idónea por “su clarísima vocación en el ámbito iberoaméricano, pudiéndose considerar legítimamente capital de Iberoamérica en Europa; por el grado de nivel de capacitación de los servicios públicos; y por el espíritu acogedor de sus ciudadanos, aquí se es de Madrid con independencia de donde se venga”.
Desde hoy CIAM abre sus puertas para entregarse con profesionalidad y excelencia, respetando la voluntad de las partes, a cuantos depositen su confianza en él. Como finalizó Riofrío: “el reto es grande, pero no puede ilusionarnos más”.
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