El fiscal general estadounidense, Eric Holder, anunció este miércoles que EEUU inició una investigación judicial para determinar si los responsables del derrame de crudo en el Golfo de México violaron las leyes. «Aplicaremos todo el peso de la ley a cualquiera que haya violado la legislación, dijo este miércoles Holder en declaraciones a la prensa en Nueva Orleans, a lo que añadió que el Departamento de Justicia que dirige no descansará hasta que se haya hecho justicia.
«Seremos meticulosos, exhaustivos y enérgicos» en la investigación, aseguró Holder, quien informó que la investigación se lanzó «hace unas semanas, pero declinó decir qué tipos de cargos podrían presentarse. Holder visitó este miércoles parte de las zonas costeras afectadas por el que se ha convertido ya en el mayor derrame petrolífero en la historia del país.
Reiteró, en línea con lo señalado el viernes por el presidente Barack Obama, que el objetivo primordial del Gobierno es detener el vertido, pero insistió en la necesidad de asegurar que los culpables asuman su responsabilidad. «Este desastre es una tragedia, afirmó Holder, que se reunió con los fiscales de los estados de Luisiana, Alabama y Misisipi para abordar la posible presentación de demandas.
De hecho, el fiscal general de Luisiana, Buddy Caldwell, afirmó este miércoles que el estado utilizará parte de los 25 millones de dólares de ayuda recibidos de Britis Petroleum (BP) para presentar una demanda por el derrame. Caldwell no indicó contra quién iría dirigida la demanda que prepara, aunque como operadora de la plataforma que se hundió el 20 de abril y desató el actual desastre, British Petroleum se perfila como el objetivo más probable.
BP pone en marcha una rriesgada operación
British Petroleum puso este martes en marcha una nueva y arriesgada operación para contener el derrame de crudo en el golfo de México, cuando comienza la temporada de huracanes, aunque el Gobierno de EEUU y la propia empresa temen que pueda incrementar temporalmente el flujo de petróleo. El derrame es «ya el peor desastre medioambiental de su tipo en nuestra historia, dijo hoy el presidente estadounidense, Barack Obama, al anunciar que llevará a los tribunales a los responsables del vertido si se demuestra que violaron las leyes.
La cuarta operación para tratar de detener en derrame se lleva a cabo 43 días después de que estallara la plataforma de exploración y después de que BP admitiera el fin de semana pasado el fracaso del procedimiento conocido como «top kill, con el que la multinacional intentaba taponar el pozo mediante una inyección de flujos pesados. El nuevo intento implicará serrar con la ayuda de robots submarinos la tubería conectada a la parte superior de sistema de prevención de explosiones (BOP), un entramado de válvulas que no logró sellar el pozo como debería cuando se produjo el accidente en la plataforma operada por BP el 20 de abril.
A continuación, la multinacional colocará una cúpula sobre el BOP que, de funcionar según lo esperado, recogería el carburante y lo trasladaría a un barco en la superficie. El comandante de la Guardia Costera de EEUU, Thad Allen, dijo que tras el fracaso del «top kill» se abandonarán los planes para taponar el pozo y se concentrarán los esfuerzos en intentar contener el derrame.
Allen informó de que podrían ser necesarios tres días más antes de que BP pueda empezar a bombear carburante a la superficie, asumiendo que este nuevo intento concluya con éxito. Advirtió, además, que el serrado de la tubería podría incrementar temporalmente el derrame «en hasta un 20 por ciento, una estimación que también baraja BP.
Carol Browner, asesora en temas energéticos de la Casa Blanca, describió esa posibilidad como «profundamente preocupante». Tanto el comandante de la Guardia Costera como Browner recordaron, además, que el inicio hoy de la temporada de huracanes hace que la operación sea más arriesgada. «Hoy comienza la temporada de huracanes y nos han dicho que va a ser activa, afirmó Browner, quien señaló que si un huracán golpea la zona el barco que debe recoger el crudo no podrá permanecer en el área. «Esperamos lo mejor pero nos estamos preparando para lo peor, trabajando con los gobernadores y las comunidades para darles lo que necesitan para proteger la costa y restaurar las zonas impactadas, dijo Browner.