La canciller Angela Merkel lanzó este jueves a la carrera por la Presidencia alemana a su ex rival interno y primer ministro de Baja Sajonia, Christian Wulff, tres días después de la renuncia al cargo de Horst Köhler por sus inoportunas declaraciones sobre las misiones en el extranjero del Ejército.
Merkel presentó a Wulff, de 50 años, como candidato al máximo cargo representativo del país, sustentada por los líderes de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), Horst Seehofer, y del Partido Liberal (FDP), Guido Westerwelle, socios de coalición de su Unión Cristianodemócrata (CDU). «Es el candidato idóneo para el cargo y para representar a nuestro país, destacó Merkel, mientras Westerwelle hacía hincapié en el buen trabajo de Wulff con el FDP, partido con el que forma coalición desde que se puso al frente del «Land» de Baja Sajonia, en 2003.
Wulff se convertirá así, previsiblemente, en el presidente más joven de la historia de la República Federal de Alemania (RFA), en una elección que tendrá lugar el próximo 30 de junio por parte de la Asamblea Federal.
Las filas de Merkel tienen una mayoría de unos veinte puestos en ese órgano, cuyo único cometido es la elección presidencial y que está integrada por los 622 diputados de la cámara baja (Bundestag) más el mismo número de representantes de los «Länder, entre políticos y otros personajes de la vida pública.
Paralelamente a la designación de Wulff, los opositores Partido Socialdemócrata (SPD) y Verdes dieron a conocer la candidatura común alternativa de Joachim Gauck, teólogo independiente y figura de la reunificación, como primer encargado de velar por los archivos de la policía política germano-oriental, la Stasi, tras la caída del Muro.
Ambas formaciones pactaron esa candidatura conjunta, paralelamente al acuerdo alcanzado por Merkel para designar a Wulff, después de que la, hasta hoy, teórica favorita para el cargo, la ministra del Trabajo Ursula von der Leyen, quedase descartada por el rechazo de algunos «barones» regionales de la CDU.
Gauck, de 70 años, sin adscripción política, representa el «carácter apartidista y aglutinador» inherente al cargo, explicó el vicepresidente del Bundestag, Wolfgang Thierse.
El teólogo y disidente, en tiempos de la extinta República Democrática Alemana (RDA), se convirtió en 1990 en el encargado del gobierno de Helmut Kohl para la tutela de los archivos de la Stasi.
La designación de ambos candidatos, Wulff y Gauck, se produce apenas tres días después de la dimisión de Horst Köhler, el pasado lunes, tras unas declaraciones en que vinculaba las misiones en el extranjero del Ejército con los intereses económicos de Alemania.
En medios alemanes, se acogieron con escepticismo las razones aducidas para la renuncia, que se atribuyeron a disensos continuados con Merkel o a un desacuerdo con los planes de rescate de la Eurozona de Köhler, quien llegó a la presidencia alemana en 2004 tras dirigir el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La dimisión fue un mazazo para Merkel, sobre la que se agolpan los problemas internos -mala imagen de su coalición con los liberales y debacle electoral en las recientes regionales de Renania del Norte-Westfalia-, amén de los derivados de la crisis del euro y los planes de rescate en la Eurozona.
Las filas de Merkel tienen una cómoda mayoría de una veintena de puestos en la Asamblea Federal, aunque la presencia de personajes ajenos a la política -desde deportistas a cantantes y presentadores de televisión- supone cierto riesgo, puesto que no necesariamente se sujetan a la disciplina de partido.
Por eso Merkel necesita un candidato sólido para suceder a Köhler puesto que un fracaso en esa elección sería fatal para su coalición de centro-derecha.