Holanda celebra este miércoles unas elecciones legislativas que, según los sondeos, supondrán la caída de Jan Peter Balkenende, primer ministro durante los últimos ocho años, y el triunfo del partido liberal del joven Mark Rutte.
Las últimas encuestas apuntan a un batacazo importante de los democristianos de Balkenende, que podrían perder la mitad de sus escaños y quedar relegados a tercera fuerza política del país.
Mientras, los liberales de derecha liderados por Rutte apuntan a la victoria, pero tendrán que forjar en cualquier caso una compleja coalición con al menos otros dos partidos para poder gobernar.
Los socialdemócratas del PvdA serían segundos con el renovado impulso del alcalde de Amsterdam, Job Cohen, mientras que el partido antimusulmán del polémico Geert Wilders duplicaría su presencia en el Parlamento, pero se mantendría como cuarta fuerza.
Estos son los principales protagonistas:
Jan Peter Balkenende. CDA, democristiano
El líder del CDA, de 54 años, ha ido perdiendo adeptos progresivamente en los ocho años que lleva de primer ministro en Holanda, durante los cuales ha presidido cuatro gabinetes distintos.
En 2002, cuando ganó por primera vez las elecciones, se le consideraba poco carismático, pero con su estilo propio caló en un electorado cansado de dos gobiernos de la llamada coalición «púrpura, entre socialdemócratas (PvdA), liberales (VVD) y demócratas (D66).
Para muchos, incluso dentro de su propio partido, las elecciones de mañana pondrán fin a su trayectoria como líder democristiano, aunque el propio Balkenende sigue manteniendo la esperanza de que su formación obtendrá más escaños que los 21 que apuntan los sondeos.
Balkenende defiende posiciones de escasa popularidad como elevar la edad de jubilación a los 67 años, aunque como contrapartida ha dicho que su partido no gobernará con otro que quiera modificar el actual sistema de subsidio a las hipotecas, que los partidos de izquierda quieren hacer dependiente del nivel de ingresos.
Mark Rutte. VVD, liberal de derecha
A la cabeza de los liberales de derecha, el joven Mark Rutte, de 43 años, ha conseguido recuperar la confianza de los electores en su partido, el VVD, formación fundada en 1948 que ha participado ya en varias coaliciones de gobierno bajo sus actuales siglas.
Rutte podría ser el primer jefe de Gobierno del VVD, pues las encuestas le sitúan como vencedor de las elecciones de mañana.
El líder del VVD ha pertenecido al partido liberal holandés desde su época de estudiante en Leiden, cerca de La Haya. Aunque cursó estudios de Historia, trabajó durante varios años como gerente en la multinacional de la alimentación Unilever.
Desde que fue elegido líder de su partido en 2006 ha ganado experiencia como orador, hasta el punto de haber sido el vencedor en los debates de la campaña electoral.
Su juventud juega a favor en su candidatura, pues se presenta como una alternativa fresca.
Job Cohen. PvdA, laborista
Job Cohen, de 63 años y ex alcalde de Amsterdam, es uno de los políticos holandeses más carismáticos del momento.
Ganó gran parte de su prestigio a partir de 2004, cuando tras el asesinato del cineasta Theo van Gogh a manos de un musulmán radical consiguió que la capital holandesa no se convirtiera en un polvorín.
El lema de Cohen como alcalde, puesto que ostentó durante los últimos diez años, ha sido mantener la unidad en una sociedad plural como la holandesa, donde viven cerca de un millón de musulmanes.
Fue nombrado cabeza de lista del PvdA el pasado marzo, después de que su partido precipitara la caída del gobierno que formaba con calvinistas y democristianos.
Durante la campaña se ha mostrado poco ducho en materia económica, pero su capacidad para tender puentes y su buena relación con el liberal Rutte podrían favorecer una alianza con el VVD.
Esa coalición, sin embargo, necesitaría de un tercer partido para gobernar en mayoría, para lo que hacen falta 76 de los 150 escaños.
Aunque en los sondeos su partido no gana escaños respecto a los 33 de 2006, se mantiene con 29 como la segunda fuerza política.
Geert Wilders. PVV, antimusulmán
A sus 47 años, Geert Wilders se ha convertido en uno de los políticos holandeses más conocidos en el extranjero por sus convicciones y programa político profundamente antimusulmán.
Hasta 2004 era desconocido en Holanda, pero tras escindirse de los liberales del VVD y formar su propio partido, centró la atención con declaraciones en las que comparaba el Corán con el fascismo. Su documental «Fitna, en el que hace un llamamiento a la lucha contra la «islamización» de Holanda, le dio gran notoriedad.
Para unos representante de la extrema derecha en Holanda, Wilders es considerado por otros como defensor de la libertad de expresión, sobre todo desde que se le negó en 2009 la entrada en el Reino Unido para mostrar su film anti-Islám.
Se ha convertido en la voz de los holandeses más decepcionados con la política y de aquellos que defienden lo nacional frente a lo extranjero e incluso frente a Europa.
Amenazado de muerte en varias ocasiones, se le considera el heredero de los votante