La discusión sobre las sanciones de la ONU contra Irán por su controvertido programa nuclear y el ataque israelí a la flota de ayuda humanitaria para Gaza dominaron la cumbre de países asiáticos que concluyó este martes en Estambul sin lograrse la condena a Israel que esperaba el anfitrión, Turquía. La Conferencia sobre Interacción y Medidas de Construcción de Confianza en Asia (CICA) reunió durante dos días a 22 países, con representantes como el primer ministro ruso, Vladimir Putin, o el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, en la que ha hablado de un nuevo orden por su acuerdo con Turquía y Brasil.
Indirectamente, Putin reconoció hoy que el Consejo de Seguridad de la ONU se apresta a aprobar una resolución con nuevas sanciones a la República Islámica, al expresar en Estambul su postura a favor de que esas sanciones no sean «excesivas».
«Tengo la opinión de que esta resolución no debe de ser excesiva, no debe poner a los líderes iraníes ni al pueblo iraní en una situación difícil, creando impedimentos para desarrollar la energía nuclear de forma pacífica en Irán, aseguró el mandatario ruso.
Ahmadineyad reiteró su amenaza de cortar el diálogo con la comunidad internacional si se aprueban las nuevas sanciones, y advirtió de que el acuerdo alcanzado por su país con Turquía y Brasil es «una oportunidad única» para resolver el conflicto.
Brasil y Turquía defienden en el Consejo de Seguridad, al que actualmente pertenecen como miembros no permanentes, dar más tiempo a Irán, después de haber logrado el pasado mes un acuerdo para que el régimen iraní intercambie uranio enriquecido.
En ese acuerdo, la República Islámica se compromete a entregar a los turcos 1,2 toneladas de uranio enriquecido al 3,5 por ciento, para recuperar un año después 120 kilos del material purificado en un 20 por ciento para un reactor médico.
Condena al asalto israelí
Por otro lado, salvo Israel, todos los miembros de la CICA -22 en total, tras sumarse Irak y Vietnam- condenaron el asalto por un comando israelí a la flota con ayuda humanitaria para Gaza el pasado 31 de mayo, que causó la muerte de nueve activistas.
La falta de consenso por un voto, el israelí, no permitió incluir esa condena en la declaración final de la cumbre, por lo que Turquía tuvo que conformarse con incluirla en la «declaración presidencial» del anfitrión del encuentro, el presidente turco, Abdullah Gül.
Además de dicha condena, «todos los países excepto uno apoyaron el establecimiento de una comisión internacional e independiente para investigar el asalto a la flotilla e instaron a levantar el inhumano bloqueo de Gaza, dijo Gül.
En la declaración final sólo se afirma que todas las partes en el proceso de paz de Oriente Medio deben atenerse a las reglas de la ONU, y se subraya la importancia de una solución de dos Estados para resolver el conflicto entre israelíes y palestinos.
Gül explicó que la condena a Israel, que Turquía había anunciado que exigiría a sus socios de la CICA, no fue posible por razones «técnicas, ya que la organización requiere del consenso de todos sus miembros para cualquier decisión.
Fuentes diplomáticas dijeron a Efe que el Gobierno turco cometió un error al despertar unas expectativas no realistas para dicha condena, a sabiendas de la necesidad del consenso.
Por otro lado, Gül destacó también que una amplia mayoría de los países de la CICA exigen que Oriente Medio sea una región libre de armas nucleares y que Israel se adhiera al Tratado de No Proliferación (TNP) y abra todas sus instalaciones nucleares al control del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
La declaración conjunta de la cumbre aborda un amplio abanico de asuntos, como el terrorismo y el narcotráfico, y, entre otros, subraya que los países miembros no deben permitir que sus territorios sean usados por movimientos separatistas.
Gül calificó a la CICA como la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) de Asia, y vaticinó que el interés y la importancia de este foro aumentará en el futuro. Turquía ocupará la presidencia de la CICA en los próximos dos años.