La fabricación en China del iPad le está costando a Apple la aparición masiva de «iPeds, «APads» y otros dispositivos con nombres similares, que le hacen la competencia directa copiando el diseño y sus características técnicas a un precio mucho menor. Por apenas 105 dólares (87 euros), cinco veces menos que el modelo original, los comercios chinos especializados en tecnología ofrecen un abanico de «hijos ilegítimos» del iPad, según descubrió la televisión japonesa JNN, que realizó un reportaje previo al lanzamiento del aparato de Apple en Japón.
Todos los plagios proceden de Shenzhen, al sur del país, una metrópolis industrial donde Apple fabrica sus iPad en colaboración con la firma taiwanesa Foxconn, aunque también se pueden adquirir por internet a través de página de comercio electrónico. La competencia es notable ya que el modelo oficial de Apple todavía no tiene fecha oficial de comercialización en China y sólo se sabe que está previsto que llegue a las estanterías de Hong Kong durante este mes de junio.
El portal Sina.com, uno de los más populares del país, filtró que la fecha oficial puede retrasarse hasta agosto y aseguró que el precio oscilará entre los 6.000 y 9.000 yuanes (880 a 1.315 dólares, 735 a 1.100 euros), muy por encima del coste en el resto del mundo. «Vendemos varios modelos de iPad ‘de bajo coste’ porque el original es muy caro. Lo que ofrecemos tiene las mismas características pero es mejor para el público chino porque es más barato, apunta Luo, dependiente de un bazar de electrónica en el distrito de Chaoyang de Pekín.
Las prestaciones técnicas de las imitaciones simulan las del original, aunque con algunas variaciones y a menudo con la utilización de componentes de menor calidad. Así, por ejemplo, el iPed, firmado por una compañía denominada Oprhan Electronics, va equipado con una memoria de 16 gigabytes y su pantalla mide 7 pulgadas, casi tres menos que el diseño de la empresa dirigida por Steve Jobs.
La resolución de pantalla también es más limitada, de 800 por 480 píxeles y, según experiencias relatadas en los blogs, su interfaz gráfico resulta lento al desarrollar 128 megabytes de potencia, aunque los modelos chinos sí incorporan puertos USB. Al igual que el iPad, las falsificaciones permiten jugar, navegar por internet a través de conexión sin hilos, usar correo electrónico, leer libros, ver fotos, vídeos y películas y escuchar música.
Sin embargo, la mayor novedad de las copias es que cargan el sistema operativo Android de Google, lo que ha desencadenado una ola de sonrisas y comentarios irónicos en la «blogosfera» tecnológica, habida cuenta de la rivalidad creciente entre Apple y el mayor buscador del mundo. En fotografías aparecidas en distintas páginas de internet, como en el caso de chinagrabber.com, se puede comprobar que las imitaciones vienen incluso envueltas en una caja muy similar a la que ofrece el iPad original.
Por su parte, preguntados por Efe, los responsables de Apple en China declinaron valorar la aparición de estos plagios. «No hacemos comentarios de estos temas, apuntó por teléfono una portavoz de la compañía. Las últimas novedades tecnológicas siempre encuentran imitaciones en China e incluso se ha establecido una nomenclatura para estas copias: los productos denominados «shanzhai» (fortaleza de montaña, en mandarín), en referencia a los pueblos rurales chinos que históricamente vivían alejados del control oficial.
El gigante asiático ya sacó, entre otros, el ePod, copia del reproductor de música iPod de Apple, y la Vii de Chintendo, falsificación de la consola de vídeo-juegos Wii de la japonesa Nintendo.