El 30 de enero de 1972, catorce personas murieron por disparos de soldados británicos, en una manifestación por los derechos civiles de la comunidad católica en la localidad norirlandesa de Londonderry, lo que el jefe del Gobierno británico, David Cameron, calificó hoy de «injustificado e injustificable».
Estas son las principales conclusiones de la investigación del juez Lord Saville de Newdigate sobre el llamado «Domingo Sangriento»:
– Los disparos de los soldados del Primer Regimiento de Paracaidistas causaron la muerte de catorce personas (trece en el acto y otra que falleció más tarde a causa de las heridas sufridas) e hirieron a un número similar. Ninguna de ellas presentaba una amenaza para la seguridad.
– La investigación concluye que ninguno de los soldados abrió fuego en respuesta a ataques o amenaza de ataques.
– La comisión investigadora rechazó las declaraciones de los soldados, algunos de los cuales prestaron, a sabiendas, testimonios falsos.
– Miembros del llamado Ejército Republicano Irlandés Oficial (IRA Oficial) efectuaron disparos, aunque se ha establecido que los soldados abrieron fuego primero.
– El viceministro principal norirlandés, Martin McGuinness, subcomandante del IRA Provisional en Derry en 1972, estaba probablemente armado con una ametralladora Thompson y, aunque es posible que disparase su arma, no ha podido probarse. El informe indica que McGuinness no estuvo implicado en actividad alguna que hubiese ofrecido una justificación a los soldados para abrir fuego.
– El máximo responsable de las tropas británicas en Irlanda del Norte en 1972, general Robert Ford, debería haber estado al corriente de la reputación del Regimiento de Paracaidistas por abusar de la fuerza. No obstante, debió de desestimar la posibilidad de que fuesen a disparar de forma injustificada.
– El comandante de los paracaidista en Derry, teniente coronel Derek Wilford, desobedeció una orden de un superior, el brigadier Patrick MacLellan, quien vetó la entrada de los soldados en el barrio católico-nacionalista del Bogside. El juez Saville exculpa a MacLellan, ya que si hubiese conocido las intenciones de Wilford, posiblemente habría intervenido para suspender la operación.
– El informe exime de toda culpa a los organizadores de la manifestación en Derry, la Asociación por los Derechos Civiles de Irlanda del Norte.
– Concluye que ni el Gobierno norirlandés ni el británico planearon o previeron el uso de fuerza innecesaria por parte de los militares.