Legisladores estadounidenses descargaron este jueves su artillería pesada contra el consejero delegado de la petrolera británica BP, Tony Hayward, a quien acusaron de dirigir una empresa en la que prima la rentabilidad sobre la seguridad, durante una audiencia sobre el derrame en el Golfo de México. «BP tiene una historia de optar por la vía más sencilla en nombre del todopoderoso dólar, afirmó el legislador demócrata John Dingell durante la audiencia celebrada este jueves en el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes.
Hayward, que compareció por primera vez en el Congreso de EE.UU. desde el inicio del derrame de crudo en el Golfo de México, a finales de abril, se escudó con frecuencia en el «hay una investigación en marcha» para evadir las críticas a las que lo sometieron los legisladores. La multinacional British Petroleum (BP) operaba la plataforma «Deepwater Horizon» que explotó el 20 de abril desencadenando el peor desastre ecológico en la historia de Estados Unidos.
Según las últimas estimaciones el pozo abierto en el Golfo de México emite entre 35.000 y 60.000 barriles diarios de crudo (5,5 y 9,5 millones de litros). Los congresistas coincidieron de forma casi unánime en que BP tomó decisiones «arriesgadas» en el diseño del pozo e ignoró las señales de advertencia que precedieron al accidente.
La única tregua de la que disfrutó Hayward llegó al inicio de la audiencia, cuando el presidente del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, Henry Waxman, celebró la decisión de BP de crear un fondo para compensar a los afectados por el derrame. «BP prometió ayer establecer un fondo de 20.000 millones de dólares y suspender el pago de dividendos para el resto del año, dijo Waxman, quien añadió que probablemente esas decisiones «no fueron fáciles aunque sí correctas».
«Lo alabo por ello, dijo Waxman en referencia al anuncio hecho público ayer tras la reunión de altos directivos de BP con el presidente de EE.UU. Barack Obama en la Casa Blanca. Waxman, sin embargo, indicó que un correo electrónico enviado por el ingeniero responsable de la exploración del pozo del Golfo siniestrado es un buen reflejo de la que calificó de «asombrosa» cultura de la autocomplacencia de BP.
Recordó que tras conocer los riesgos en el pozo y la decisión de BP de ignorarlos el citado ingeniero afirmó: «A quién le importa, ya está hecho, fin de la historia, probablemente todo saldrá bien». Hubo también quien utilizó las propias palabras de Hayward en su contra. «A nosotros también nos gustaría recuperar nuestra vida, dijo el legislador Bart Stupak en referencia a la reciente y polémica afirmación de Hayward de que quería que el derrame del Golfo acabara para poder así «recuperar su vida».
Stupak señaló que el directivo de BP probablemente verá cumplido su deseo y, además, se llevará un sustancioso paquete de compensación. Por el contrario, dijo el legislador, los estadounidenses tendrán que afrontar las «terribles consecuencias» del comportamiento «temerario» de BP. El congresista destacó, en ese sentido, que BP ignoró los resultados de las pruebas de presión en el pozo que operaba a 1.500 metros de profundidad en las aguas del Golfo poco antes de la explosión y optó por la más arriesgada de las dos opciones en el diseño del pozo.
Hayward que mantuvo silencio durante la primera hora de la audiencia sentado solo en una mesa desde la que escuchaba los comentarios de los legisladores, dijo durante su testimonio estar «devastado» por el derrame en el Golfo de México. «Estoy personalmente devastado, afirmó, para añadir que «BP es una empresa poderosa que no escatimará esfuerzos» a la hora de reparar el daño del derrame.
Pese a que el tono crítico fue dominante no faltó quien mostrase solidaridad con BP, como el legislador republicano de Texas Joe Barton que acusó a la Casa Blanca de una «extorsión de 20.000 millones de dólares» al exigir a BP que aporte esa cantidad al fondo de compensación. «Estoy avergonzado por lo que pasó en la Casa Blanca» ayer, dijo Barton.
La residencia oficial estadounidense respondió que Barton «parece estar más preocupado por las grandes corporaciones que causaron este desastre que por los pescadores, los dueños de pequeñas empresas y las comunidades cuyas vidas han sido devastadas por la destrucción».