El gobierno del Reino Unido ha informado acerca de que la cifra de militares británicos que han perdido la vida en Afganistán desde 2001 se ha elevado a 300.
David Cameron, primer ministro británico, ha dicho que el ejército del país estaba «pagando un alto precio por contribuir a crear un mundo más seguro».
A pesar de las bajas, Cameron ha segurado en que las tropas británicas permanecerán en Afganistán hasta que la población local sea capaz de garantizar su propia seguridad.