Varios supuestos talibanes, entre ellos un dirigente encargado de la distribución de artefactos, murieron en la provincia de Kandahar (sur afgano) tras una operación conjunta de las fuerzas afganas e internacionales, informó este lunes la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF).
El suceso tuvo lugar anoche, cuando un grupo de soldados de las tropas conjuntas inspeccionaban un recinto situado a las afueras de la ciudad de Kandahar, afirmó la ISAF en un comunicado.
Los soldados sufrieron disparos al aproximarse al recinto donde se encontraban ocultos los supuestos insurgentes, y en el enfrentamiento que siguió acabaron con las vidas del dirigente talibán Shyster Uhstad Khan y de varios de sus hombres.
El jefe de la Policía de Kandahar, Mohammad Shah Farooqi, dijo que ocho hombres fueron asesinados anoche en sus casas en la zona de Bagh-e-Pul de la ciudad de Kandahar, pero añadió que no existen pruebas de que los fallecidos fueran talibanes.
La fuente dijo que los cadáveres fueron trasladados al hospital de Mirwais y que hay una investigación en marcha. Shyster Uhstad Khan, involucrado en la distribución y compra de artefactos explosivos, se hizo cargo según la ISAF de las funciones de su antecesor después de que éste fuera detenido por las fuerzas bajo mando de la OTAN a principios de este año.
La ISAF considera que Khan tenía contacto directo con los jefes talibanes en Kabul y que era el encargado de facilitarles los artefactos explosivos que acostumbran a usar en sus acciones.
Una explosión de una bomba caminera en la provincia centro-oriental de Ghazni acabó esta mañana de hecho con las vidas de cuatro civiles y causó heridas muy graves a otros cuatro, dijo el jefe de la Policía de la provincia, Khial Baz Sherzai.
La insurgentes talibanes tienen sus principales bastiones en las provincias del sur y el este afgano. En un informe reciente, la ONU denunció que la inseguridad ha aumentado de forma «significativa» durante el primer cuatrimestre de 2010 en Afganistán, donde el número de ataques con artefactos explosivos improvisados o bombas camineras casi se dobló respecto al año anterior.