Cuatro civiles y cuatro policías han muerto en tres explosiones de artefactos registradas en las últimas 24 horas en las provincias afganas de Kandahar (sur) y Farah (oeste), informaron este martes diferentes fuentes oficiales. La más reciente explosión, de una mina, tuvo lugar este martes a las 08.00 horas locales (03.30 GMT) en el distrito de Khakrez en Kandahar, y causó la muerte de dos civiles, dijo a la agencia afgana AIP el portavoz del gobernador de la provincia, Zalmay Ayubi.
La mina afectó a una furgoneta en la zona de Sozal y, como consecuencia, dos de los ocupantes del vehículo murieron y otros dos resultaron heridos, agregó el portavoz, que atribuyó el ataque a los insurgentes talibanes.
En otro suceso, cuatro policías perecieron este domingo al estallar una bomba caminera al paso de su vehículo en el distrito de Bala Buluk de la provincia occidental del Farah, explicó este martes a AIP el portavoz policial de la zona, Abdur Rauf Ahmadi.
Según Ahmadi, al lugar de la explosión se desplazaron refuerzos policiales, que acabaron con las vidas de dos supuestos talibanes y detuvieron a otros dos, aunque el movimiento insurgente no se ha atribuido por ahora la autoría del ataque.
En ese mismo distrito, donde son frecuentes los enfrentamientos entre los insurgentes y las tropas afganas y extranjeras, dos civiles que viajaban en una motocicleta murieron ayer por la explosión de una mina al paso de su vehículo. La bomba estalló en la zona de Ganjabad, y Ahmadi responsabilizó del ataque a los talibanes, aunque estos no se han pronunciado.
Las minas y las bombas camineras de fabricación casera son uno de los métodos favoritos de los insurgentes talibanes para hostigar a las tropas internacionales desplegadas en Afganistán, aunque suelen causar bajas entre la población civil.