El presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, vuelve hoy a la Plaza del Duomo de Milán, donde el pasado diciembre fue agredido por un desequilibrado, para asistir en las terrazas de la catedral a un exclusivo concierto del cantante francés Charles Aznavour y recibir un premio.
Berlusconi regresa así al lugar donde el pasado 13 de diciembre resultó herido en la cara cuando Massimo Tartaglina, que ha sido absuelto por este gesto debido a sus comprobados problemas psíquicos, le lanzó una reproducción en miniatura de la catedral de Milán.
En las terrazas de la catedral, Berlusconi presidirá un exclusivo concierto de Aznavour, cuyas entradas cuestan 2.000 euros y que ha sido organizado con el objetivo de recaudar fondos para la restauración del templo milanés.
Según los medios de comunicación italianos, Berlusconi está dispuesto a donar una importante cifra para la restauración del «Duomo» milanés para agradecer a la «»Madonnina», como se conoce en Milán a la estatua de la Virgen que corona la aguja más alta de la catedral, que le protegiese el día de la agresión.
Debido a su pasión por el canto y por la canción francesa, se había incluso hablado de la posibilidad de que Berlusconi improvisase un dúo con el artista galo, una opción desmentida por el mismo Aznavour.
«Berlusconi y yo no tenemos el mismo repertorio. El canta las canciones de Charles Trenet», afirmó el francés en una entrevista publicada hoy en el diario «Corriere della Sera».
La ocasión también servirá para que Berlusconi, junto con el cura Luigi Verzé, fundador del Hospital lombardo «San Rafael», reciban el premio «Grande Milano», que otorga la provincia de Milán, gobernada por el partido del primer ministro, Pueblo de la Libertad.
Un premio concedido al primer ministro italiano, nacido en Milán hace 73 años, por ser «un estadista de extraordinarias cualidades, que guía con responsabilidad y lucidez al país hacía un futuro de hombres y mujeres libres, que componen una sociedad solidaria y fundada sobre el amor, la tolerancia y el respeto por la vida».
«Parece el reconocimiento de un empleado a su jefe», ha criticado el dirigente del opositor Partido Demócrata (PD) y ex gobernador de la provincia de Milán, Filippo Penati.
Debido a la presencia de Berlusconi se han reforzado las medidas de seguridad en la plaza y en la catedral y según explica hoy «Corriere della Sera», el mandatario utilizará un ascensor reservado para él para subir hasta las terrazas.