Mientras Alemania ultima los preparativos para un gran funeral de Estado al que asistirán la canciller Angela Merkel y el presidente federal Christian Wullf, arrecian las críticas contra las autoridades y organizadores del ‘Loveparade’, al igual que las acusaciones cruzadas entre estos.
La inicial defensa en bloque del plan de seguridad del ‘Loveparade’ de Duisburgo (oeste de Alemania) por parte de organizadores y responsables políticos y policiales apenas duró un día. Hoy le tocaba defenderse a la policía.
Mientras se multiplican en Internet las páginas en las que los ciudadanos exigen la dimisión del alcalde, Adolf Sauerland, la policía salía al paso de las críticas a las medidas de seguridad que no evitaron la muerte de 20 personas, dos de ellas españolas.
En el diario «Süddeutsche Zeitung» fuentes policiales denunciaron, bajo condición de anonimato, que el cuerpo expresó en múltiples ocasiones sus recelos.
La fuente señala incluso que un diputado de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Thomas Mahlberg, pidió la cabeza del anterior jefe de policía, Rolf Cebin -hoy jubilado-, por oponerse «intensamente» a la celebración de la fiesta en Duisburg.
La segunda crítica la recibía la policía desde el propio organizador de la mayor fiesta tecno del mundo, Rainer Schaller, para quien la tragedia se podría haber evitado. Schaller, tras recordar que tanto el Ayuntamiento como la policía y los bomberos aprobaron el plan de seguridad del «Loveparade», acusó a la policía de haber dado orden de mantener 10 de las 16 vías de evacuación cerradas hasta las 14.00 horas a pesar del colapso visualmente perceptible.
La policía de Duisburg respondió a Schaller acusándole de «especular». También se conoció que la investigación de la tragedia ha pasado de las manos de la policía de Duisburgo a las de los agentes de la cercana ciudad de Colonia.
Estas acusaciones cruzadas entre las autoridades, los organizadores y los cuerpos de seguridad se suman a las revelaciones de la prensa de días atrás, según las cuales en la organización del «Loveparade» no se observaron varios protocolos de seguridad como la anchura mínima prevista para acceso y salida de emergencia.
Algunas voces críticas subrayaron que una ciudad con escaso medio millón de habitantes y sin recintos para acoger fiestas multitudinarias, debería haber declinado acoger este evento, como lo hizo el año pasado la vecina Bochum, de características parecidas, por no sentirse en condiciones de ofrecer la seguridad necesaria.
La canciller de Alemania, Angela Merkel, y el presidente federal, Christian Wulff, confirmaron hoy que suspenderán momentáneamente sus vacaciones para asistir en Duisburgo a las exequias por las víctimas de la tragedia del «Loveparade», cuyo balance final ascendía oficialmente a 20 tras la muerte en el hospital de una joven de 21 años gravemente herida el sábado.
Y mientras la mayoría de las familias de las víctimas ya se encuentra en Alemania a la espera de que las autoridades les entreguen los restos mortales de sus allegados, la Asociación de la Prensa denunciaba hoy que ha recibido más de 130 reclamaciones por el tratamiento informativo de la tragedia de la ‘Loveparade’, informó Elsa Wassink, una portavoz del organismo.
En torno al 90 por ciento de las quejas se referían a informaciones aparecidas en Internet. Igualmente, según la portavoz, la mayoría de ellas se dirigían contra el popular diario «Bild» y su página electrónica. Wassink añadió que la Asociación Alemana de la Prensa tiene previsto reunirse a mediados de septiembre para tratar este asunto.
También hoy los clubes de fútbol del FC Schalke 04 y el MSV Duisburgo comunicaron su intención de celebrar un partido benéfico en honor de las víctimas de la tragedia.
Autopsia de las víctimas
La nueva primera ministra de Renania del Norte-Westfalia, Hannelore Kraft, aseguró en una rueda de prensa en Düsseldorf (oeste de Alemania) que ninguno de los 20 fallecidos en el «Loveparade» de Duisburgo murió a consecuencia de una caída, sino que fueron aplastados en la avalancha.
La dirigente del Partido Socialdemócrata (SPD) ofreció los primeros detalles de la investigación que realiza la policía de Colonia y afirmó que las víctimas mortales fallecieron por contusiones en el tórax.
Sobre los crecientes llamamientos al alcalde de Duisburgo, Adolf Sauerland, para que dimita, la jefa del gobierno regional no descartó que «al final haya responsabilidades políticas».
Igualmente Kraft anunció que el «Land» (estado federal) de Renania del Norte-Westfalia propondrá una nueva legislación para toda Alemania en lo que a grandes concentraciones de personas se refiere.