El FBI ayudará al Pentágono a encontrar al responsable de las filtraciones de decenas de miles de documentos clasificados sobre la guerra de Afganistán que publicó el fin de semana la página de internet Wikileaks.
El secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates, informó este jueves que habló personalmente con el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller, para pedir colaboración en la investigación que abrió el Pentágono.
«Es importante contar con todos los recursos disponibles para investigar y resolver esta brecha en nuestro sistema de seguridad», dijo Gates en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado del jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el almirante Mike Mullen.
El secretario señaló además que su Departamento toma medidas «sobre el terreno» para evitar que se vuelva a repetir una filtración como ésta, debido a las consecuencias que puede tener para los soldados que combaten en el país centroasiático.
Entre las medidas adoptadas, Gates señaló nuevos procedimientos para distribuir y acceder a la información confidencial.
Según dijo, se hará un esfuerzo para «fortalecer los canales de seguridad y proveer a nuestros soldados la seguridad que necesitan en el campo de batalla».
Gates no contestó ninguna pregunta sobre cómo se llevará a cabo la investigación «para no interferir en el transcurso de la misma».
No obstante, según explicó el ex fiscal Joseph Digenova a la cadena MSNBC, la investigación puede incluir la revisión de correos electrónicos, cartas y llamadas privadas tanto de personal civil como militar del Pentágono, así como de los soldados desplegados en Afganistán.
«Va a ser un gran reto conseguir el equilibro adecuado entre la seguridad y dar a nuestros soldados en primera línea» de guerra, dijo el secretario de Defensa, que destacó: «durante años el éxito militar de Estados Unidos ha estado en la habilidad e integridad de sus soldados y nuestra confianza en ellos».
Gates subrayó que los militares estadounidenses tienen una «gran carga» de responsabilidad sobre sus hombros, incluidos los más jóvenes, que también manejan información delicada, pero recalcó: «todos debemos ser responsables del uso, protección de esa información y mantener a salvo los secretos de nuestra nación».
El pasado fin de semana Wikileaks, una organización que se dedica a denunciar en internet malas prácticas, publicó bajo el título «Diario de la Guerra Afgana» miles de documentos sobre la guerra de Afganistán que abarcan desde enero de 2004 hasta 2010, de los que han hecho eco los diarios de todo el mundo.
Por su parte, el almirante Mullen lamentó que esos documentos «que hacen referencia a una guerra que está en curso» hayan salido a la luz, aunque dejó claro que lo que se ha publicado en la prensa no incluye la estrategia de batalla.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, presentó el pasado diciembre su nueva estrategia para Afganistán, que incluye el envío de 30.000 soldados adicionales y el inicio de la retirada de las tropas en julio de 2011.
Precisamente, un portavoz de la misión de la OTAN en Afganistán, ISAF, el general Josef Blotz, apuntó desde Kabul que parte del material publicado sería «indicativo de las razones» por las que Estados Unidos modificó la estrategia en la región y se optó por un enfoque conjunto en Afganistán y Pakistán.