El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó este lunes que Irán ha recurrido a una segunda cascada de centrifugadoras para hacer más eficaz el proceso de enriquecimiento de uranio en su planta nuclear de Natanz, contradiciendo las resoluciones de la ONU al respecto.
«El OIEA puede confirmar que el 17 de julio, cuando los inspectores del organismo estuvieron en la Planta Piloto de Enriquecimiento (PFEP, en sus siglas en inglés), Irán estaba alimentando con material nuclear dos cascadas de 164 centrifugadoras, interconectadas entre sí, dijo Gill Tudor, portavoz del organismo.
Recordó que estos hechos son contrarios a lo estipulado en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU en las que se afirma que Irán debe suspender toda actividad relacionada con el enriquecimiento de uranio.
En el informe del director general del OIEA a la Junta de Gobernadores del pasado 31 de mayo, ya se resaltó que Teherán había informado al organismo, el 10 de marzo de 2010, de sus intenciones de interconectar dos cascadas en la PFEP en Natanz, a 250 kilómetros al sur de Teherán, para usarlas en la producción de uranio enriquecido al 20%, en U-235.
Según Irán, el objetivo de estas actividades es crear el combustible para un reactor de investigación médica.
El proceso de «enriquecimiento de uranio» es una actividad legal, pero controvertida debido a su doble uso posible, militar y civil.
Consiste en la introducción del UF6, un gas precursor, en las llamadas «cascadas» de 164 centrifugadoras, donde a alta velocidad se separa el U-235 del U-238.
Sólo el U-235 puede ser usado para la producción de combustible nuclear o la construcción de bombas atómicas.
Ante la negativa de Irán de suspender este tipo de actividades, el Consejo de Seguridad de la ONU ha impuesto sanciones al régimen de Teherán.
Además, tanto Estados Unidos como los países de la Unión Europea (UE) han acordado limitaciones adicionales.
El objetivo de esas medidas punitivas es presionar al Gobierno iraní para que dé garantías de que no intenta fabricar armas atómicas.
Estados Unidos y la UE sospechan que Irán quiere hacerse con armas nucleares, algo que Teherán niega al asegurar que su programa atómico sólo persigue fines pacíficos, como la generación de energía.