La autoridades australianas declararon la zona de emergencia en el estado de Victoria, en el este del país, después de las inundaciones que ha sufrido durante el fin de semana, las peores de los últimos 15 años.
Unas 300 familias tuvieron que ser evacuadas mientras se prevé que el nivel del agua alcance su punto máximo el martes. Cerca de 40.000 casas que se quedaron sin electricidad, la mayoría de ellas ya han sido conectadas de nuevo a la red, y cientos de esquiadores quedaron inmovilizados en pistas de esquí del Monte Bulla, donde se produjeron deslizamientos de nieve en el aparcamiento.
Camiones del ejército y unos 50 soldados fueron desplegados en la región para asistir a los afectados y contener el agua con sacos de arena. Las inundaciones, sin embargo, permitirán llenar de agua el sistema hidráulico de los ríos Murray y Darling, que riegan la principal zona agrícola del país, y matar los huevos de lo que se habría convertido en la plaga anual de langostas.