Al menos 16 personas han muerto y varias decenas han resultado heridas en distintos ataques registrados este sábado, durante la jornada electoral en Afganistán, donde los talibanes aseguran haber atacado 150 centros de votación como parte de su boicot a los comicios parlamentarios.
En un comunicado, los insurgentes mencionaron una lista con los nombres de 150 colegios atacados, lo que supone el 2,5 por ciento del total de lugares de votos abiertos por la Comisión, que había renunciado a emplazar algunos de ellos en áreas inseguras.
Los comicios fueron boicoteados por los talibanes, que en días pasados anunciaron «medidas para frustrar el proceso» y, en las últimas horas, varios colegios electorales del país han sufrido ataques con proyectiles e incluso explosiones.
El suceso más grave hasta el momento, con 6 muertos, tuvo lugar en un ataque perpetrado por los talibanes en un colegio de la zona de Dand Shahabudín, dijo a la agencia afgana AIP el jefe policial provincial, Abdur Rehman Rahimi.
Según Rahimi, cinco miembros de una milicia progubernamental y un soldado afgano murieron en ese ataque, registrado sólo horas después de otra refriega anoche en la que murieron otros cinco milicianos y una docena de insurgentes.
Muertos por proyectiles
Además, según dijeron distintas fuentes policiales, murieron este sábado por proyectiles dos civiles en Takhar (norte), uno en Baghlan (norte), dos en Kunar (este), dos en Nangarhar (este) y otros dos en Balkh, donde un civil más perdió la vida por la explosión de un artefacto.
También hay al menos 18 personas heridas en Kunar y 16 más en Kunduz (norte), mientras que la estratégica carretera que une Kabul con Kandahar (sur) ha sido cortada durante una hora por activistas insurgentes a su paso por la provincia de Wardak (sureste).
Tampoco se ha librado la capital de la acción de los insurgentes: un proyectil cayó durante la madrugada sobre la sede del canal televisivo nacional Kabul Tv, cerca de la embajada estadounidense y el cuartel de las tropas internacionales.
La verdadera dimensión de la violencia durante la jornada electoral no se conocerá al menos hasta el cierre de los colegios, porque el Gobierno ha pedido silencio a sus oficiales y policías para no disuadir del voto a los electores.