El presidente francés, Nicolas Sarkozy, aseguró este lunes que aplicará su reforma de las pensiones, pese a la oposición que genera, y justificó la intervención del Gobierno para garantizar el abastecimiento de carburante y evitar enfrentamientos.
«Esta reforma es esencial. Francia se ha comprometido» a llevarla a cabo, subrayó Sarkozy en declaraciones a la prensa al término de un encuentro con la canciller alemana, Angela Merkel en Deauville (noroeste de Francia), antes de que se les sumara el presidente ruso, Dmitri Medvédev, para una cena de trabajo.
En un contexto de protestas por el proyecto de ley que retrasará la edad de jubilación en dos años, el jefe del Estado francés dijo que esa reforma «Francia la pondrá en marcha» como sus «amigos alemanes lo hicieron hace algunos años».
«Es perfectamente normal y natural que cree inquietudes y oposición. Es normal, también, y natural que un gobierno democrático, en una democracia parlamentaria, se asegure de que los automovilistas tendrán gasolina y de que no habrá enfrentamientos», añadió.
Las huelgas de las 12 refinerías del país y el bloqueo de muchos depósitos de carburante que abastecen a las gasolineras, y han dejado cientos de ellas fuera de servicio son uno de los principales desafíos de las movilizaciones sindicales contra el proyecto de Sarkozy de las pensiones, que debería recibir esta semana el voto definitivo en el Senado.
Las centrales han convocado para este martes una nueva jornada de huelgas y manifestaciones.