Un hombre que sufre un trastorno mental ha acosado reiteradamente a la canciller alemana, Angela Merkel, en sus domicilios privados, tanto en su piso de Berlín como en su residencia campestre en la región del Uckermark, al norte de la capital alemana.
Según revela el rotativo Bild, el hombre, que fue detenido recientemente por la policía y sufre un trastorno mental, acosa a la canciller porque no responde personalmente a las cartas que le escribe y ha sido internado en un centro psiquiátrico.
Al parecer y pese a las medidas de seguridad para proteger los domicilios de Merkel, el hombre, de algo mas de 40 años de edad y cuya identidad no ha sido facilitada, consiguió los dos últimos fines de semana acceder a la casa de campo de Merkel en un pueblecito de Uckermark.
En la primera ocasión llegó incluso a llamar al timbre cuando Merkel estaba descansando en su interior y en la segunda, se encontraba solo en el domicilio el marido de la canciller.
El rotativo señala que el enajenado no es un desconocido para la policía, ya que anteriormente trató de alcanzar el domicilio particular de la canciller en Berlín, que reside frente al museo de Pérgamo, aunque fue rechazado por la policía que protege el edificio.
Agrega que el «stalker» o acosador fue finalmente detenido tras su último intento de acceder a la casa de campo de Angela Merkel, situada al norte de Berlín.
Subraya que los médicos que le han tratado consideran que padece una enajenación mental y que se encuentra profundamente dolido con la canciller porque esta no responde personalmente a las cartas que le ha escrito.
El diario comenta que ha sido internado en un centro psiquiátrico a las afueras de Berlín y que se ha hecho cargo del caso la fiscalía de la localidad de Neuruppin, en el estado federado de Brandeburgo que rodea Berlín.
El periódico destaca finalmente que las autoridades no se explican como el hombre pudo llegar hasta la puerta de la casa de campo de Merkel, situada a las afueras de un pequeño pueblo junto a la localidad de Templin.
La finca, rodeada por una valla, se halla al final de una carretera única de acceso vigilada las 24 horas del día por una escolta policial.