El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este domingo, después de votar, que la candidata oficialista Dilma Rousseff, designada por él como su sucesora, seguirá su línea política y «hará un gran gobierno» si resulta elegida este domingo.
«No tengo ninguna duda de que ella (Rousseff) va a hacer un gran gobierno para este país», dijo Lula a los periodistas después de votar en Sao Bernardo do Campo, municipio industrial del extrarradio de Sao Paulo donde tiene su domicilio electoral y en el que inició su carrera de sindicalista y político en los años 70.
Lula, que se mostró optimista con el resultado de las elecciones, defendió un «gobierno republicano» en el que gobernadores y alcaldes opositores no sean discriminados, y dijo que Rousseff, favorita en todos los sondeos, «aprendió eso» con él.
«Cuando voy a tratar con un gobernador no quiero saber de cuál partido es el gobernador, de cuál partido es el alcalde, lo que quiero saber es que aquella persona representa una comunidad y tengo que tratarla con el mismo respeto que quien pertenece a mi partido o a algún partido aliado», agregó.
Según las encuestas, Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), obtendrá entre el 50 y el 56% de los votos, mientras que su rival, José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), obtendrá cerca del 43 por ciento.
El presidente lamentó lo que llamó «campaña de odio» de la oposición y dijo que Rousseff fue víctima de prejuicios sólo por ser mujer. «Tenemos que aprovechar la campaña para elevar el nivel de conciencia de la población brasileña, no para estar acusando, creando una conciencia prejuiciosa», agregó el mandatario. Según Lula, eso no se puede cambiar con leyes porque «es un problema cultural».
Campaña virulenta de Serra
El gobernante apuntó que esta campaña «fue mucho más violenta de una parte que de otra» y agregó que, en su opinión, «el candidato Serra sale más pequeño», por la virulencia que mostró en el debate.
De la misma manera cuestionó el peso de la religión en la campaña, especialmente por el debate en torno al aborto, que le restó votos a su candidata en la primera vuelta, el pasado 3 de octubre.
«Las Iglesias van a tener que pensar su papel porque mucha gente usó y abusó del derecho de libertad en la campaña», dijo el presidente, quien a su vez fue criticado por la prensa en los últimos meses por usar su cargo para hacer campaña en favor de Rousseff.
Después de votar, Lula, que vestía una guayabera blanca y estaba acompañado por su esposa Marisa Letizia, de traje rojo, saludó rápidamente a los jurados electorales y salió del recinto.
En la entrada del colegio electoral, el mandatario fue saludado por humoristas de un programa de televisión que le entregaron un pijama y unas pantuflas para que use en su descanso a partir del 1 de enero, día en que entregará el cargo a quien sea elegido este domingo como su sucesor.
Lula, que llega al final de su segundo mandato con una popularidad récord del 80%, evitó referirse a su futuro político y dijo: «Ahora sólo pienso en descansar».
El presidente tiene previsto regresar esta misma mañana a Brasilia, donde esperará el resultado de las elecciones.