Millones de brasileños acudieron este domingo a las urnas en todo el país para elegir al próximo presidente de la República en un ambiente de absoluta tranquilidad y sin el carácter alegre de otros comicios.
Un domingo soleado y cálido marcó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Río de Janeiro donde desde antes de la apertura de los colegios electorales centenares de personas hacían fila para marcar su voto obligatorio y poder aprovechar el resto del puente festivo.
Esta segunda vuelta para elegir al sucesor de Luiz Inácio Lula da Silva coincidió con el festivo del día de los difuntos, el próximo martes, por lo que, preocupados por la abstención, las campañas de la oficialista Dilma Rousseff y del opositor José Serra insistieron en la importancia de «pasar por el colegio electoral antes de salir para el fin de semana».
«Esto está muy tranquilo, no ha venido mucha gente», explicó a Efe una de las auxiliares de apoyo en un colegio electoral localizado a pocos metros de la playa de Botafogo, quien atribuyó la baja participación al puente festivo y al buen tiempo.
En otras regiones del país, que no contaban con el buen tiempo de Río de Janeiro, los ciudadanos también vivían la jornada con un ojo puesto en la urna electrónica y el otro en las opciones de ocio del puente festivo.
A diferencia de la primera vuelta, celebrada el 3 de este mes, la mayoría de los brasileños solo tendrá que elegir este domingo al presidente, aunque en ocho estados y el Distrito Federal habrá también segunda vuelta para gobernadores.
Rousseff, candidata favorita
Las encuestas pronostican el triunfo de Rousseff, escogida por Lula como su heredera política, y esa misma percepción tiene muchos de los votantes que esperaban hoy el turno para marcar su voto en las urnas electrónicas en Río de Janeiro.
«Voté por Dilma, y espero que gane… Estoy segura de que va a ganar, porque todas las encuestas lo dicen», dijo a Efe Ligia, una joven madrugadora que aprovechó el buen día para pasear por la playa tras marcar su voto.
Sin embargo, los ciudadanos tienen claro que el verdadero protagonista de estas elecciones es el presidente Lula, quien no ha economizado esfuerzos para que su enorme popularidad del 80% se traduzca en votos para Rousseff, quien por primer vez se presenta a un cargo de elección popular.
«En realidad es Lula quien está ganando estas elecciones; quien va a ganar los comicios es Lula», opinó Wilson, un hombre que aseguró ser uno de los indecisos cuyo voto se disputaron en los últimos días los dos candidatos presidenciales.
La disputa por los votos de los indecisos calentó en las últimas semanas una campaña que se ha caracterizado por ser poco atractiva para el electorado tanto por la personalidad de los candidatos como por su falta de propuestas.
«Durante la campaña los candidatos no se centraron en temas realmente importantes. Hubo muchos ataques personales entre los candidatos, algo que era de esperar puesto que ese tipo de cosas siempre existen», afirmó Jorel, otro brasileño que aprovechó el domingo de sol para pasear por la playa.