Millones de estadounidenses votaban este martes para renovar totalmente la Cámara de Representantes y parte del Senado y escoger gobernadores y otros puestos estatales y locales, en unos comicios en los que se augura un avance de la derecha.
De momento, la jornada transcurre sin incidentes dignos de mención en todo el país, tras una larga y agria campaña que ha costado unos 4.000 millones de dólares.
Los primeros centros de votación en abrir lo hicieron a las 10.00 GMT y los últimos en cerrar serán los de Hawai y Alaska, a las 04.00 GMT del miércoles.
Los primeros informes no oficiales procedentes de distintos estados indican un alto nivel de concurrencia a las urnas para estas elecciones en las que están en juego los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 37 senadores y los gobiernos de 37 Estados, además de un puñado de iniciativas sometidas a plebiscitos locales.
«A media este miércoles ya había votado casi el 20% de nuestros ciudadanos registrados», dijo Sandra Rangel, la presidenta del puesto de votación del distrito Mount Vernon, en la ciudad de Alexandria, al sur de Washington.
«En general los demócratas votan temprano, y después de las horas de trabajo concurrirán los republicanos», señaló Rangel. Se espera que la intensa campaña de movilización de demócratas y republicanos atraiga a unos 90 millones de los 218 millones con derecho a voto a las urnas, lo que representaría una participación récord de algo más del 41 por ciento para unas legislativas.
Además, 14 millones de estadounidenses han entregado su voto por adelantado, entre ellos el presidente Barack Obama, quien votó por coreo y este lunes señaló que los resultados de las elecciones «tendrán un impacto en las décadas venideras».
Obama hace un llamamiento a las urnas
Además, Obama pidió a un desanimado electorado que no de la espalda a su agenda de cambio, pero las encuestas dicen que el Partido Demócrata no saldrá bien parado.
En los puestos de votación de Estados Unidos está permitida la presencia durante toda la jornada de activistas de los partidos y candidatos, y de proponentes y opositores de iniciativas sometidas a plebiscito, como ocurre este martes en distintos estados, como es el caso de California, donde los votantes deben pronunciarse sobre una propuesta de legalización de la marihuana.
La única regla que se aplica en casi todo el país -las normas las dictan los condados, por lo que no son homogéneas- es que ese proselitismo no debe realizarse a menos de 30 metros de la entrada del local donde se vota.
El propio presidente Obama hizo este martes un último esfuerzo para salvar la mayoría demócrata en el poder legislativo con entrevistas para programas de radio y televisión y con mensajes por twitter y facebook.
Los republicanos se harán con el control
Las encuestas adelantan que los republicanos se harán con el control de la Cámara de Representantes, que tendrán también la mayoría de los puestos de gobernadores estatales y que avanzarán en el Senado pero no obtendrán la victoria.
El blog FiveThirtyEight, que predijo correctamente los resultados en todos los estados del país durante las presidenciales del 2008, prevé que los republicanos se hagan con 48 de 100 escaños en el Senado, con 233 de los 435 en la Cámara de Representantes y 30 de los 50 puestos de gobernadores.
«Va a ser un gran día», dijo este martes el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes John Boehner, tras votar en Ohio. La última encuesta conjunta del diario Wall Street Journal y la cadena de televisión NBC muestra que el 62 por ciento de los que prevén respaldar a los republicanos describen su voto como una decisión temporal, mientras que otro 28 por ciento asegura estar haciendo un cambio de alianzas políticas a largo plazo.
La previsible pérdida del control del Congreso por parte de los demócratas, que permitió a Obama aprobar una ambiciosa reforma de salud e insuflar miles de millones de dólares para revivir la economía, promete complicar la agenda del presidente.
Para comenzar, los republicanos han adelantado que tratarán de anular la reforma de salud y el avance en otros temas conflictivos como la reforma migratoria y la aprobación de una amplia ley energética se presume todavía más complicado.
La gran sorpresa de estas elecciones ha sido el movimiento popular «Tea Party» que canalizó el descontento del segmento más conservador de la población con una economía en crisis y el desorbitado gasto del gobierno.
Entre los desenlaces más esperados del día está el de la contienda en Nevada, en la que está en juego la continuidad del líder de la mayoría demócrata en el Senado Harry Reid, enzarzado en un duro pulso con la republicana Sharron Angle. Los republicanos han confesado abiertamente que ninguna victoria sería más dulce que la de Nevada.