Arnaldo Ramos Lauzurique, el preso de conciencia cubano que fue liberado el sábado después de estar siete años en la cárcel y regresó a su casa de La Habana junto a su familia, afirmó este domingo que Cuba seguirá en una «situación de estancamiento» si no se produce una «apertura seria y franca».
Tras ser liberado este sábado, Ramos Lauzurique, miembro del Grupo de los 75 -opositores condenados en la Primavera Negra de 2003-, acudió este domingo a la habanera iglesia de Santa Rita para encontrarse con las Damas de Blanco, familiares de este colectivo de disidentes que piden la libertad de los presos políticos.
En declaraciones a medios extranjeros, este economista de 68 años -es el miembro más veterano del Grupo de los 75- explicó que la suya fue una liberación «sin condiciones» y que su propósito es continuar las mismas actividades que desarrollaba antes de caer preso.
Arnaldo Ramos Lauzurique era miembro del Instituto Cubano de Economistas Independientes cuando en 2003 fue condenado en la ola represiva conocida como la «Primavera Negra».
Insistió en que se quedará en Cuba por la simple razón de que él es cubano. «Me podrían preguntar por qué quiero irme, no por qué quiero quedarme: porque soy cubano. Y quiero seguir mis actividades aquí», subrayó.
Proceso de excarcelaciones
Dentro del proceso de excarcelaciones de presos políticos iniciado el pasado julio en Cuba, Ramos Lauzurique es el primero que se quedará en su país tras ser liberado y no viajará a España. Es uno de los trece prisioneros del Grupo de los 75 que han rechazado la condición del exilio para salir de la cárcel.
Preguntado también si percibe cambios en la política del Gobierno de Cuba, dijo que hasta el momento no ve «nada serio». «Hasta que no haya una apertura seria, franca no creo que se esté haciendo nada que pueda cambiar la situación de estancamiento que hay actualmente», manifestó.
A su juicio, con las medidas económicas emprendidas por el régimen cubano como los despidos masivos en el sector estatal o la ampliación del trabajo por cuenta propia se va a pasar del «estancamiento al caos». «Si no hay verdadera apertura económica, aunque debería haber también una apertura política, no creo que el Gobierno salga de la situación en la que está», indicó.
Con la liberación de Ramos, doce disidentes del Grupo de los 75 quedan todavía en la cárcel: uno de ellos (Luis Enrique Ferrer) será excarcelado próximamente pero se irá a España y los once restantes rechazan el exilio.
El Gobierno de Raúl Castro se comprometió en julio a liberar gradualmente a todos los presos de este colectivo dentro de un inédito diálogo abierto con la Iglesia católica que ha tenido el respaldo de España.
Antes de completar las excarcelaciones de este grupo, se extendieron las liberaciones a otros presos también bajo la condición de irse a España, que hasta el momento ha acogido desde julio a 47 cubanos y a sus familias en este proceso.