Corea del Sur celebró este sábado el funeral por las dos víctimas militares del ataque norcoreano del martes con peticiones de venganza, mientras que aumenta la tensión en la zona ante el inicio mañana, domingo, de maniobras navales conjuntas entre EEUU y Corea del Sur.
Familiares, oficiales militares y políticos despidieron este sábado en una emotiva ceremonia a los fallecidos -el sargento Seo Jeong-woo, de 22 años, y el cabo Mun Gwang-wook, 20-, mientras que Corea del Sur se prepara para unas maniobras militares que han sido criticadas por Pyongyang y su aliado chino.
En el oficio religioso, retransmitido en todo el país, se escucharon voces de oficiales y soldados a favor de vengar la muerte de los dos soldados en el ataque del martes 23 a la isla fronteriza de Yeonpyeong, en el que también murieron dos civiles surcoreanos.
Corea del Sur se prepara para comenzar este domingo unas maniobras conjuntas con EEUU en respuesta al ataque norcoreano que las fuerzas estadounidense aseguraron que tenían planeadas y que anunciaron el día después del ataque norcoreano sobre la isla de Yeonpyeong.
Los ejercicios navales conjuntos, una muestra de fuerza ante Corea del Norte en una zona especialmente delicada, contarán con la presencia del portaaviones nuclear George Washington, procedente de Japón, con 6.000 marines y 75 cazas de combate a bordo.
China ha expresado su preocupación por estos ejercicios que cree que no contribuyen a reducir la tensión en la zona, mientras que Washington presiona para que Pekín deje de proteger a su aliado norcoreano.
Al borde de la guerra
Pese a que el despliegue tendrá lugar en las cercanías de la ciudad de Taean, una zona del Mar Amarillo relativamente alejada, a unos cien kilómetros, de la isla de Yeonpyeong, Corea del Norte ya advirtió este viernes que estas maniobras llevan a la Península de Corea al borde de la guerra.
El diario pro norcoreano Chosun Sinbo comenta este sábado que las maniobras, que están previstas que se celebren entre el domingo y el miércoles con la participación de una decena de buques de guerra, pueden provocar «una situación catastrófica».
El comando de las fuerzas de EEUU en Corea del Sur, del que dependen los 28.500 soldados estadounidenses desplegados de manera permanente en la país asiático, expresó que las maniobras tienen «naturaleza defensiva».
No obstante, la Junta de Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur indicó que los ejercicios implicarán en uso intenso de fuego real, aunque las embarcaciones no se dirigirán hacia el norte, cerca de la inestable frontera marítima entre las dos Coreas en el Mar Amarillo.
El Ejército de Corea del Sur está vigilando las actividades militares de Corea del Norte en la costa y ha detectado que las baterías artilleras del régimen comunista se mantienen en una postura lista para el combate, según informó la agencia surcoreana Yonhap.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino expresó su preocupación por la situación actual en la península y pidió «calma y moderación» a las dos Coreas, mientras que advirtió de que se opone a «cualquier operación militar sin permiso en su zona económica exclusiva».
Contramedidas del Sur
Corea del Sur y EEUU indicaron que el gobierno chino no debe preocuparse por las maniobras de este domingo e intentan presionarle para que deje de apoyar a Corea del Norte tras el incidente de Yeonpyeong, el primer ataque con artillería sobre suelo surcoreano y población civil desde el fin de la Guerra de Corea (1950-53).
El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, celebró este sábado una reunión de seguridad para estudiar contramedidas conjuntas y coordinadas ante una posible provocación de Corea del Norte durante las maniobras.
Según la agencia Yonhap, Lee también consideró posibles sanciones contra el régimen de Kim Jong-il consensuadas con la comunidad internacional.
En pleno empeoramiento de las relaciones entre las dos Coreas, la agencia Yonhap reveló que Seúl está barajando la posibilidad de volver a considerar al régimen de Pyongyang su «principal enemigo» en la próxima publicación de su libro blanco de Defensa, algo que no sucede desde hace seis años.