El conservador Fine Gael (FG) gana las elecciones generales irlandesas de este viernes con un 36,1 % de los votos, según un primer sondeo, mientras que el gobernante Fianna Fáil (FF) cae hasta el 15,1 %, descalabro sin precedentes para esta formación, en el poder desde 1997.
Según una encuesta que publica este sábado la Radiotelevisión irlandesa (RTE), efectuada a pie de urna entre 3.500 votantes, el FG de Enda Kenny obtuvo su mejor resultado desde 1982, pero no llegará a la mayoría absoluta.
También mejora todas sus anteriores actuaciones electorales el Partido Laborista con un 20,5 % de apoyo, lo que le convierte en la segunda fuerza nacional y posible socio de los conservadores para formar un Gobierno de coalición.
El recuento de los votos comenzó este sábado a las 09.00 GMT y el resultado final podría conocerse este domingo, aunque en los comicios de 2007 las proyecciones de la cadena estatal tuvieron un margen de error de sólo medio punto, lo que las convirtió en uno de los sondeos más fiables hasta entonces.
El Sinn Fein de Gerry Adams también mejorará, según el sondeo, todos sus anteriores resultados y, con un 15,1 % de votos, aumentará considerablemente los cinco escaños que tiene en el Parlamento de Dublín (Dáil), formado por 165 diputados.
El Partido Verde, socio del FF en el Gobierno durante esta legislatura, obtendrá un 2,7 % y podría evitar su total desaparición al conservar alguno de sus seis diputados.
El resto de los votos, un 15,5 %, se los reparten los candidatos independientes y partidos minoritarios, lo que indica que tendrán una amplia representación en el Dáil y podría representar para el FG una opción de gobierno si decide prescindir de los laboristas.
No obstante, la distribución de los escaños no estará clara hasta que se conozcan los resultados finales, dada la complejidad del sistema electoral irlandés, de representación proporcional mediante voto transferible.
El votante recibe una papeleta con la lista de candidatos, enumerados por orden alfabético, en la que debe señalar la casilla de su favorito con el número «1», pero, si lo desea, puede designar a un segundo candidato con el número «2» y así sucesivamente, de manera que su voto podrá ser utilizado, según las normas de transferencias, tantas veces como sea necesario.
Así, algunas formaciones podrían aumentar o rebajar su número de escaños gracias a los votos de segundas, terceras y sucesivas preferencias.
Este sistema permite al ciudadano marcar sus sufragios de una manera estratégica, al tiempo que garantiza la computación de todas sus opciones.
Los candidatos independientes salen beneficiados porque, en teoría, los partidarios de los mayores partidos no suelen dar sus segundas preferencias a los candidatos rivales, sino a los de las formaciones periféricas.