En la provincia noroccidental de Khyber-Pakhtunkhwa, cuya capital es Pesháwar, los ataques contra estos grupos son habituales, especialmente cuando sus voluntarios se reúnen o se concentran para algún evento. Las investigaciones de algunos de los ataques terroristas contra mezquitas o congregaciones civiles han destapado que el objetivo de los insurgentes eran estas milicias, a las que intentan intimidar para controlar el montañoso noroeste, fronterizo con Afganistán.
Las autoridades paquistaníes apoyan a estas milicias, una táctica también usada en Afganistán. El primer ministro, Yusuf Razá Guilani, condenó el ataque y reiteró la voluntad de su Gobierno de acabar «con el cáncer del terrorismo», según un comunicado oficial.
Otros atentados
Otras 25 personas perdieron la vida este martes en un ataque suicida perpetrado contra una estación de servicio, en esta ocasión en la localidad de Faisalabad, en la provincia oriental de Punyab. Cerca de esta zona hay ubicados edificios militares y de las agencias de seguridad paquistaníes.
Otros tres ataques registrados días atrás dejaron un total de 36 muertos en varios puntos del noroeste paquistaní. El movimiento talibán y grupos islamistas asociados atacan en Pakistán a las fuerzas de seguridad, objetivos gubernamentales y lugares de culto o congregaciones civiles.
Según un informe del Instituto de Pakistán para Estudios de Paz (PIPS), en 2010 se registraron un total de 2.113 ataques insurgentes, terroristas o de corte sectario, que acabaron con la vida de 2.913 personas y causaron heridas a otras 5.824. La mayoría de ellos tuvieron lugar en Khyber-Pakhtunkhwa y en la vecina provincia suroccidental de Baluchistán.