El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, reconoció este martes que no ha convencido a sus socios del G8 sobre la necesidad de una intervención militar en Libia, y lo lamentó porque a su juicio eso va a reforzar la posición de Muamar el Gadafi. «Por ahora no los he convencido», dijo Juppé en una entrevista a la emisora Europe 1, al comienzo del segundo y último día de la reunión en París de los responsables diplomáticos del G8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia).
El ministro francés señaló que sí había compromiso para reactivar «inmediatamente» las discusiones en el Consejo de Seguridad de la ONU «para acentuar la presión sobre el régimen de Gadafi».
Esa mayor presión se puede conseguir de varias formas, «como reforzar las sanciones, decretar un embargo marítimo, plantear una zona de exclusión aérea aunque no sea la panacea», explicó antes de poner el acento en que llevarlo a la práctica no es posible si los países árabes «no asumen plenamente sus responsabilidades».
Lamentó la falta de apoyo a la iniciativa francesa de llevar a cabo una operación militar y estimó que la situación actual de las fuerzas en conflicto «nos muestra que tal vez hemos dejado pasar una oportunidad de restablecer el equilibrio». «Si hubiéramos utilizado la fuerza militar la semana pasada para neutralizar un cierto número de pistas de aviación y las varias decenas de aviones de que disponen (los leales a Gadafi) tal vez el giro que se ha producido en detrimento de la oposición no se hubiera producido».
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