La canciller alemana, Angela Merkel, anunció este martes la paralización de las siete plantas atómicas mas antiguas de Alemania, mientras dure la moratoria de tres meses para verificar la seguridad de las centrales nucleares del país. La desconexión afecta a «aquellas plantas que fueron construidas antes de 1980» y las de construcción posterior podrán continuar funcionando con normalidad mientras dure la moratoria de tres meses, dijo Merkel.
El anuncio se produjo tras una reunión con los jefes de gobierno de los cinco estados federados con plantas nucleares -todos ellos de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel- y los ministros de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, y Economía, Reiner Brüderle, en la Cancillería Federal. La desconexión de la red afecta a un total de siete reactores de los 17 que funcionan actualmente en Alemania, en concreto los de Unterweser, Biblis A y B, Philipsburg I, Isar I, Neckarwestheim I y Brunsbüttel.
Asimismo no retornará a la red en los próximos tres meses la planta nuclear de Krümmel, construida en 1983, pero que actualmente se encuentra paralizada tras sufrir varias averías. Merkel anunció que el próximo martes volverá a reunirse el mismo grupo de políticos para definir con mayor precisión la moratoria anunciada ayer y analizar de nuevo la situación.
Los acontecimientos en Japón suponen «un corte en la historia del mundo tecnificado» y las fugas radiactivas como consecuencia del terremoto y posterior tsunami han mostrado que «la energía atómica no está preparada para hacer frente a la violencia natural», declaró la canciller.
El titular alemán de Economía reconoció que el cierre, por ahora temporal, de las citadas plantas podría afectar a los precios de la energía, mientras su compañero de Medio Ambiente subrayó que la medida es de carácter «preventivo» y producto de la actuación del Estado y no se basa en compromisos contractuales.
Por su parte, el jefe del Gobierno del septentrional Estado de Schleswig-Holstein, Peter-Harry Carstensen, señaló que dos de los tres reactores de su territorio se verán afectados por la desconexión y que ninguno de ellos volverá a la red si no existe una absoluta seguridad sobre su funcionamiento.
A su vez, el jefe de gobierno de Baden-Württemberg, Stefan Mappus, habló de «estado de excepción emocional» a la hora de valorar la reacción ciudadana de rechazo a la energía nuclear a la vista de las imágenes procedentes de Japón.
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