El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) aseguró este jueves que la situación en los reactores dañados de la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi sigue siendo «muy seria» aunque no ha empeorado desde el miércoles.
Graham Andrew, asesor científico del director general del OIEA, Yukiya Amano, declaró a la prensa que la situación en el reactor 4 de la planta es la «de mayor preocupación», ya que no se sabe nada sobre el nivel de agua en las piscinas de combustible nuclear usado.
Los ingenieros japoneses han conseguido conectar un cable eléctrico externo al reactor 2 de la central nuclear de Fukushima, aunque todavía no han devuelto el flujo de energía a la planta, según informó el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
«Las autoridades japonesas han informado al OIEA de que los ingenieros han sido capaces de conectar un cable externo a la red eléctrica de la unidad 2. La operación se completó a las 08.30 GMT», indicó la agencia de la ONU en un comunicado.
El OIEA agregó que se pretende «volver a conectar la energía a la unidad 2, una vez que el rociado de agua sobre el edificio del reactor de la unidad 3 se haya completado».
La agencia de la ONU asegura que la irrigación del reactor 3 se detuvo a las 11.09 GMT, sin especificar más detalles.
La vuelta de la electricidad sería un paso positivo en los trabajos para poner en marcha el sistema de refrigeración del reactor, que como los otros cinco de Fukushima se averió tras el seísmo y posterior tsunami del pasado viernes.
Tratan de enfriar el reactor 3
Los equipos de emergencia de la central nuclear de Fukushima comenzaron hoy a utilizar cañones de agua para tratar de enfriar el reactor 3, después de que dos helicópteros arrojaran horas antes agua salada desde el cielo sobre esa unidad. Según la televisión pública NHK, varios camiones militares y de la policía con cañones de agua empezaron las operaciones en la unidad 3, donde los esfuerzos se concentran en bajar la temperatura de su piscina de combustible.
Además, los responsables de TEPCO, la operadora de la planta, trabajan contrarreloj para devolver la electricidad a la central y reactivar así, al menos parcialmente, su sistema de refrigeración, dañado por el terremoto del día 11 y el devastador tsunami que lo siguió. Esta mañana helicópteros militares lanzaron toneladas de agua marina sobre la planta, sin que ello consiguiera rebajar los altos niveles de radiación de la zona, según TEPCO.
El nivel de radiación alrededor de la central, donde se encuentran algunos trabajadores, alcanzaba hoy los 3.000 microsievert por hora, frente a los 1.000 microsievert al año que se consideran seguros para la salud humana. El Gobierno de Japón, no obstante, asegura que no hay planes de ampliar el área de evacuación más allá del radio establecido de 20 kilómetros de la planta de Fukushima.
La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón insistió en que la prioridad es enfriar con el agua suficiente los reactores 3 y 4, y especialmente sus piscinas de combustible atómico. Éstas sirven para guardar el combustible ya utilizado sumergido en agua a fin de evitar su sobrecalentamiento. Si el nivel del agua baja, la subida de temperatura puede llegar a provocar el fuego y, por tanto, nubes de material radiactivo.
Según los ocupantes de uno de los helicópteros militares que sobrevolaron la zona, en la piscina de la unidad 4 todavía se apreciaba agua, indicó TEPCO, por lo que la prioridad se ha establecido en el 3. Las piscinas de estas dos unidades estaban situadas cerca del techo del edificio que albergaba los reactores, pero éste quedó seriamente dañado a causa de explosiones de hidrógeno, por lo que no hay una cubierta que reduzca sus emisiones.
El Gobierno de Japón ha evacuado a más 200.000 personas en un radio de veinte kilómetros en torno a la central y ha instado a aquellos entre 20 y 30 kilómetros a que no salgan de sus casas, cierren las ventanas y no enciendan el aire acondicionado. La embajada de Estados Unidos en Japón, por su parte, recomendó hoy a sus ciudadanos en un radio de 80 kilómetros de la central que abandonen la zona.
23.000 continúan personas aisladas
Unas 23.000 personas siguen aisladas en las áreas más afectadas por el terremoto y el subsiguiente tsunami que devastaron el norte de Japón el pasado 11 de marzo, mientras que las malas condiciones meteorológicas dificultan las operaciones de auxilio.
Así lo señaló hoy la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA), haciéndose eco de informaciones recibidas de la oficina del primer ministro japonés y otras fuentes oficiales niponas.
La OCHA informó que se ha recolectado una gran cantidad de ayuda humanitaria en el país, pero el mayor problema es hacerla llegar a las 430.000 personas que se han quedado sin hogar por las catástrofes combinadas del seísmo y el tsunami.
Sobre esa última, la Agencia Nacional de Meteorología ha revisado su cálculo de la altura que alcanzó la mayor ola, tras comprobar que llegó a medir 15 metros en la zona de Miyagi, es decir el doble de la estimación previa.
En su informe diario sobre la situación en Japón, la OCHA señala que «la falta de gasolina está haciendo difícil distribuir la asistencia a cada centro de evacuación».
Asimismo, el organismo menciona que la preocupación es creciente con respecto a la salud de los evacuados, particularmente por la falta de suministros médicos y los problemas de calefacción.
Redacción