El primer ministro japonés, Naoto Kan, se comprometió a dar transparencia a la hora de informar sobre la crisis en la planta nuclear de Fukushima, dañada por el terremoto.
En rueda de prensa, Kan aseguró que el Gobierno está haciendo todo lo posible para tratar de controlar la situación pero reconoció que el estado de los reactores de la central es muy grave y su evolución es imprevisible.
Japón mantiene evacuado un radio de 20 kilómetros en torno a la central y ha pedido a aquellos residentes de entre 20 y 30 kilómetros que dejen la zona, mientras otros países, como EEUU, recomiendan en cambio no acercarse a menos de 80 kilómetros.
Sobre esto, Naoto Kan dijo que cada país tiene «estándares únicos» y señaló que su Gobierno se ha esforzado en facilitar «información precisa» a la comunidad internacional y seguirá haciéndolo.
Vestido con el mono azul de emergencia que llevan estos días todos los miembros del Gobierno, el primer ministro subrayó que las autoridades controlan de cerca la extensión de la radiación tras detectarse sustancias radiactivas en agua y alimentos.
«La información que obtengamos será mostrada sin demora al público japonés y a la comunidad internacional», aseguró. También dijo que el Ejecutivo ha dado «indicaciones claras» sobre los efectos de la radiación sobre la salud, al tiempo que lamentó «el gran daño» que el accidente nuclear de Fukushima está causando a todos los afectados, incluidos los agricultores y empresarios de la zona.
Transmitió, en este sentido, el compromiso del Gobierno de dar total respaldo a aquellos cuyos medios de vida se hayan visto afectados. En la central de Fukushima los operarios trabajan desde hace dos semanas contra el peligroso sobrecalentamiento de los reactores, después de que el seísmo dañara los sistemas de refrigeración de la central nuclear.