La OTAN tiene a partir de este jueves el mando total sobre las acciones militares internacionales en Libia, al completarse la transición de la coalición liderada por Francia, Reino Unido y Estados Unidos a la Alianza Atlántica. El presidente del Comité Militar de la OTAN, el almirante italiano Giampaolo Di Paola, y el general canadiense Charles Bouchard, al mando de las operaciones desde la base que la Alianza tiene en Nápoles (Italia), explicarán este jueves a la prensa (11.30 GMT) la nueva situación.
Según explicó a Efe la portavoz de la OTAN, Oana Lungescu, el proceso de transferencia comenzó este miércoles y se completará este jueves de forma que la organización tenga bajo su mando todos los activos militares internacionales que operan en Libia.
El paso se produce después de que los 28 países aliados acordaran el pasado domingo que la OTAN se hiciese cargo del control y coordinación de todas las operaciones de protección de la población civil libia, lo que implica ataques contra objetivos terrestres desarrollados hasta ahora por la coalición internacional.
Transferencia de control
Unos días antes, la organización ya había asumido la dirección de la zona de exclusión aérea impuesta sobre Libia en virtud de lo acordado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y, previamente, había hecho lo propio con la vigilancia del embargo de armas que pesa sobre el país norteafricano a través de una misión naval en aguas del Mediterráneo.
La transferencia del control sobre los ataques aéreos a la OTAN ha coincidido con una reducción de los bombardeos internacionales contra las fuerzas de Muamar al Gadafi, lo que ha permitido a estas contraatacar y obligar a los rebeldes a replegarse. Así, los rebeldes perdieron ayer la mayor parte del territorio que había capturado en su ofensiva el pasado lunes, la última de ellas Ras Lanuf, de forma que el frente está ahora en Briga.
La Alianza ha asegurado hasta ahora que su único objetivo es proteger a la población civil, cumpliendo con el mandato de la ONU, y no apoyar a uno u otro bando. Estados Unidos y Reino Unido, mientras, barajan la posibilidad de armar a los rebeldes para que acaben finalmente con el régimen de Gadafi, una cuestión que genera reticencias en algunos sectores de Washington ante el temor a que haya miembros de Al Qaeda entre los rebeldes.
Sin embargo, algunos países de la Alianza, como Bélgica, ya se han pronunciado en contra de esa opción, que a su juicio pondría a los países árabes en contra de la acción internacional.
Redacción