La Casa Blanca confirmó la designación del actual director de la CIA, Leon Panetta, como próximo secretario de Defensa y su sustitución por el general David Petraeus, actual comandante de las fuerzas en Afganistán. El presidente de EEUU, Barack Obama, anunciará este viernes oficialmente las designaciones, que incluirán también al veterano diplomático Ryan Crocker como nuevo embajador en Afganistán, en sustitución de Karl Eikenberry, y del general John Allen como nuevo mando de las fuerzas internacionales en el país asiático.
En declaraciones a la prensa, un alto funcionario de la Casa Blanca que habló este jueves bajo la condición del anonimato a la espera del anuncio oficial, indicó que los nombramientos seleccionan a «un equipo muy experimentado de personas que se respetan mucho mutuamente y que tienen enormes conocimientos de seguridad nacional». Todos los nombramientos requieren el visto bueno del Senado, en respectivas audiencias de confirmación, para hacerse efectivos.
Tal y como está previsto el relevo, Panetta reemplazará al actual secretario de Defensa, Robert Gates, quien pretende abandonar el cargo el próximo 30 de junio. El hasta ahora director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por su sigla en inglés) pasaría al Pentágono el 1 de julio. Por su parte, Petraeus, que abandonará las Fuerzas Armadas al incorporarse a la CIA, permanecerá en Afganistán hasta septiembre, cuando la Casa Blanca prevé que Allen, hasta ahora el «número dos» del Mando Central, podrá darle el relevo.
Transición en Afganistán
Los cambios coincidirán con el comienzo del proceso de transición en Afganistán y principio de retirada de las tropas estadounidenses, que según la estrategia aprobada por Obama en diciembre de 2009 deberá comenzar el próximo julio. Según el alto funcionario, la decisión de los cambios no ha guardado relación con esa fecha y sí con el deseo que había expresado Gates a la llegada de Obama a la Casa Blanca de no permanecer más de dos años como secretario de Defensa.
Ello coincidía, según la fuente, con el fin de la etapa de Eikenberry en Kabul, donde ha estado cinco años, primero como militar y desde 2009 como embajador.
La idea, aseguró, es mantener un «equipo integrado y efectivo», que pueda llevar a cabo una «transición sin fisuras». Gates, el último remanente del gobierno del presidente George W. Bush en el gabinete de Obama, fue director de la CIA entre 1991 y 1993, y en diciembre de 2006 sustituyó en el Pentágono a Donald Rumsfeld.
Durante su etapa en la Administración demócrata, Gates ha mantenido una excelente sintonía con Obama y ha sido uno de los artífices de la estrategia para Afganistán, aunque algunos medios estadounidenses han apuntado que es menos partidario que el presidente de una retirada sustancial a partir del mismo julio. Panetta, después de una larga carrera en el Congreso como representante por California, fue Director de la Oficina de Presupuesto y jefe de gabinete en la administración del presidente Bill Clinton.
El alto funcionario reconoció que para Panetta, que encabezaba la CIA desde 2009, ha sido una decisión muy dura aceptar el cambio al Pentágono, pues «ama la CIA» y sólo accedió por petición del presidente. Desde sus oficinas de Langley (Virginia), indicó el alto funcionario, Panetta «ha reconstruido la moral de la agencia» y se ha demostrado como un «excelente gestor».
Por su parte, Petraeus ha culminado en Afganistán una larga carrera en el Ejército (de Tierra) que incluye sus dos cargos anteriores: jefe del Mando Conjunto Central y jefe de las fuerzas estadounidenses en Irak. Por su parte, Crocker buscará repetir en Kabul el éxito de su gestión en Bagdad, donde como embajador dirigió el aspecto civil de la transición en Irak que Petraeus encabezó del lado militar.
Para ello, uno de los primeros objetivos de Croker -quien medió entre bambalinas entre los distintos partidos políticos y grupos de poder iraquíes- será tender puentes hacia Hamid Karzai, el presidente afgano, con el que su predecesor, Karl Eikenberry, mantuvo una relación tormentosa.