El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó que «hoy es un buen día para Estados Unidos», tras la muerte del líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden, a manos de un comando especial de soldados estadounidenses. «El mundo es un lugar más seguro», agregó el presidente en declaraciones efectuadas en la Casa Blanca al otorgar la Medalla de Honor -el más alto galardón al mérito militar- al veterano Anthony Kaho’ohanohano.
La operación que culminó con la muerte de Bin Laden tras diez años de búsqueda del terrorista «nos recuerda que como país no hay nada que no podamos conseguir cuando nos lo proponemos de verdad», consideró el presidente. Esta es la primera comparecencia pública de Obama tras anunciar la pasada noche la muerte del líder de Al Qaeda.
Obama quiso rendir también homenaje a los mandos militares, como el secretario de Defensa, Robert Gates -«que pasará a la Historia como uno de los mejores secretarios de Defensa»-, y al jefe de Estado Mayor, el almirante Mike Mullen. «Sin ellos, noches como la del domingo no hubieran ocurrido nunca», declaró Obama.
Un comando de soldados de elite asaltó el domingo la residencia en la que la CIA había concluido que se ocultaba Bin Laden, en una operación ultrasecreta, en la ciudad pakistaní de Abbotabad. Según altos funcionarios, el comando estaba dispuesto a capturar a Bin Laden vivo, pero los ocupantes de la residencia respondieron con fuego y se produjo un tiroteo.
Además de Bin Laden, fallecieron otras cuatro personas, tres varones -en principio EEUU considera que se trata de uno de los hijos adultos del terrorista y dos de sus correos- y una mujer. Otras dos mujeres quedaron heridas. Los soldados recuperaron el cadáver del líder de Al Qaeda, que fue trasladado a un buque de guerra estadounidense.
Tras su identificación y la toma de fotografías -que el Gobierno estadounidense valora aún si las difundirá- se optó por arrojar el cuerpo del jefe terrorista al mar, para evitar que su tumba se pudiera convertir en lugar de peregrinación para los extremistas.
Cierre de la embajada en Pakistán
Estados Unidos ordenó este martes el cierre «hasta nueva orden» de su embajada y consulados en Pakistán, según anunció el portavoz de la legación diplomática en Islamabad, un día después de la muerte de Osama Bin Laden a manos de sus marines. Bin Laden fue abatido por las fuerzas especiales estadounidenses en un complejo que le servía de escondite en la ciudad de Abbottabad, situada a menos de un centenar de kilómetros al norte de Islamabad.
Tras la operación contra el líder de Al Qaeda, la seguridad ha sido redoblada en todo el país, en vista de la amenaza de los talibanes paquistaníes -TTP en sus siglas en urdu- de vengar la muerte de Bin Laden. Las autoridades paquistaníes insistieron en sus escasas declaraciones públicas de ayer en que el ataque a la vivienda de Bin Laden fue realizado por fuerzas estadounidenses, un gesto que algunos analistas interpretan como una manera de desviar la ira de los grupos insurgentes hacia EEUU.
Las oficinas diplomáticas norteamericanas estarán cerradas para los «asuntos rutinarios», especialmente la tramitación de visados, aunque embajada y consulados se mantienen abiertos para otros trámites y para emergencias de ciudadanos estadounidenses. Además de su embajada en Islamabad, Estados Unidos tiene consulados en las ciudades de Peshawar (noroeste), Lahore (este) y Karachi (sur).
Relaciones EEUU-Pakistán
La confirmación de que Osama bin Laden se encontraba oculto en las cercanías de Islamabad tendrá consecuencias en las difíciles relaciones entre Estados Unidos y Pakistán, un aliado necesario pero ambiguo a los ojos de Washington en la lucha contra el terrorismo. El Gobierno paquistaní ha puesto su mejor cara tras conocerse la noticia de la muerte de Bin Laden en una operación estadounidense y ha asegurado que se trata de una excelente noticia.
Y al anunciar la muerte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tuvo buen cuidado en elogiar a Pakistán por su «cercana cooperación en la lucha contra el terrorismo». «Es importante hacer notar que nuestra cooperación contra el terrorismo con Pakistán nos llevó a Bin Laden y el complejo donde se escondía», declaró Obama.
Pero según han asegurado altos funcionarios estadounidenses, Washington no informó de la operación a Islamabad hasta que no hubo concluido, por motivos de seguridad y para salvaguardar el secreto de la misión.
Aunque aún faltan por saberse numerosos detalles en torno a la operación, entre ellos hasta qué punto Pakistán participó o no en la captura, no deja de ser significativo que Estados Unidos optara por el silencio a la hora de informar a Islamabad, teóricamente un estrecho aliado en la lucha contra el terrorismo.
Lo cierto es que las relaciones entre los dos países llevan tiempo siendo muy espinosas.
Por parte paquistaní, la gota que había colmado el vaso había sido el incidente en que un contratista de la CIA, Raymond Davis, destinado en ese país matara a disparos a dos ciudadanos que, según aseguraba él, habían tratado de robarle. Ello se sumaba al descontento popular por los ataques con aviones espía no pilotados sobre las zonas tribales de Pakistán, donde Estados Unidos considera que la red terrorista Al Qaeda cuenta con refugios y donde los analistas creían más probable que se ocultara Bin Laden.
Por parte estadounidense, se veía con irritación lo que consideraba escasa voluntad paquistaní por enfrentarse con los extremistas en las zonas tribales.
Hace dos semanas, el jefe de Estado Mayor, Mike Mullen, había apuntado que las relaciones bilaterales se veían afectadas por los lazos entre integrantes de los servicios de inteligencia paquistaníes (ISI) y el movimiento talibán en Pakistán.
Guerra de Afganistán
Un informe sobre la guerra en Afganistán emitido hace unos meses denunciaba que las fuerzas de seguridad paquistaníes arrastraban los pies a la hora de hacer frente a los extremistas refugiados en Waziristán norte, la zona tribal fronteriza entre Afganistán y Pakistán. Y legisladores y analistas estadounidenses han expresado sus dudas acerca de que verdaderamente Islamabad desconociera la presencia de Bin Laden en una residencia valorada en un millón de dólares en Abbottabad, a pocos kilómetros de la capital paquistaní.
El presidente del Comité para las Fuerzas Armadas en el Senado, el demócrata Carl Levin, afirmó hoy que Pakistán debe dar muy buenas explicaciones. «Las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia paquistaníes tienen que responder a un montón de preguntas, dado el lugar, el periodo de tiempo y el hecho aparente de que esta residencia se construyó expresamente para Bin Laden, y su cercanía al cuartel general del Ejército paquistaní», declaró Levin en una rueda de prensa en el Capitolio.
Según ha informado la prensa estadounidense, el complejo donde Bin Laden se refugiaba con su familia y el mensajero de quien más se fiaba se encontraba a menos de medio kilómetro del cuartel. Por su parte, el también senador demócrata Joe Lieberman afirmó que Pakistán tendrá que demostrar «que verdaderamente no sabía que Bin Laden estaba allí».
Estrella Digital/Efe