El primer ministro británico, David Cameron, y el presidente estadounidense, Barack Obama, han hecho frente común y han reclamado nuevamente al líder libio, Muamar Gadafi, que renuncie al poder, al tiempo que han descartado el despliegue de tropas terrestres.
«Es imposible imaginarse un futuro para Libia con Gadafi todavía en el poder, debe marcharse», ha aseverado Cameron en la rueda de prensa conjunta al término de su encuentro con Obama.
Por su parte, el presidente estadounidense ha asegurado que se mantendrá la presión sobre el régimen libio, para que ponga fin a la represión contra la población civil. «Estoy absolutamente de acuerdo en que dados los progresos que se han hecho en las últimas semanas, Gadafi y su régimen tienen que entender que no habrá ninguna pausa en la presión que estamos aplicando», ha afirmado.
En opinión de Obama, se han creado las circunstancias para que, si «mantenemos el curso», «en último término va a dimitir». Por ello, ha dejado claro que tanto Estados Unidos como Reino Unido seguirán trabajando «para lograr eso, por lo que no tenemos que poner ningún plazo artificial en términos de cuánto tiempo durará esto».
Cameron también ha coincidido en que hay que incrementar la presión sobre el régimen libio y ha asegurado que por su parte Reino Unido «analizará todas las opciones» para que esto ocurra.
Por otra parte, Obama ha indicado que tanto él como Cameron coinciden en que no se pueden desplegar «botas sobre el terreno», puesto que la resolución 1973 de la ONU no contempla este extremo, sino «proteger a la población». Asimismo, según informa la BBC, ambos mandatarios han coincidido en que deben ser los libios los que decidan su futuro.