La secretaria de Estado parlamentaria del Ministerio de Salud alemán, Annette Widmann-Mauz, ha defendido este lunes ante sus colegas de la Unión Europea que la gestión de Berlín ante la crisis provocada por la bacteria ‘E.coli’ –que ha dejado al menos una veintena de muertos– ha sido la adecuada, pese a la alarma creada y las pérdidas provocadas en el sector hortofrutícola al señalar como origen de la intoxicación unos pepinos españoles que finalmente fueron descartados.
«Una buena protección sanitaria debe seguir cada pista», ha declarado a los medios en Luxemburgo, a su llegada a la reunión de ministros europeos de Salud en la que abordarán este asunto.
Preguntada por si las autoridades alemanas fueron irresponsables al señalar la producción española, Widmann-Mauz ha argumentado que las autoridades del país decidieron «seguir cada pista» dada la gravedad de la enfermedad y el alto número de casos registrados en el norte de Alemania.
«Teníamos la sospecha y por eso estuvo bien dar las recomendaciones al consumo que dimos: no comida cruda ni ensaladas y tomar las medidas higiénicas necesarias (…) – Una buena protección sanitaria debe seguir cada pista», ha declarado.
La secretaria de Estado alemana ha dicho que los Estados miembros «tienen derecho a saber cómo está la situación, qué peligros comporta esta enfermedad y cómo han actuado las autoridades alemanas».
Berlín quiere «informar muy ampliamente desde el principio» de la evolución de la situación y «garantizar la transparencia», así como cooperar con el resto de países de la UE y con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha dicho la responsable alemana quién, además, ha querido recalcar que el brote letal de ‘E.coli’ ha «puesto a prueba» el sistema de salud alemán.
Por otra parte, Widmann-Mauz ha pedido «cautela» a la espera de confirmar que el origen de la contaminación podría estar en la producción de brotes de soja en una explotación de Baja Sajonia, pese a que ha admitido que existe una «gran posibilidad» de que las pruebas de laboratorio confirmen en las próximas horas que se trata de la fuente.
Un grupo de expertos de la UE se ha desplazado este fin de semana a Alemania para apoyar a las autoridades del país en los esfuerzos por localizar el foco de la infección y acelerar los resultados de las pruebas.
España pide explicaciones
España pedirá explicaciones a Alemania por su tardanza para detectar el origen del brote de la bacteria E.coli, y reclamará compensaciones a la Comisión Europea (CE) por el daño sufrido por el sector agrario español, según ha anunciado la ministra de Sanidad, Leire Pajín.
La ministra se ha pronunciado así a su llegada al Consejo de Ministros de Sanidad de la Unión Europea (UE) que se celebra en Luxemburgo, en el que debatirá el impacto sobre la salud pública de la infección causada por la agresiva cepa de la bacteria E.coli.
En la reunión, España expresará su «preocupación y su rechazo por la tardanza y por cómo se ha gestionado la crisis desde el primer día», y por qué a día de hoy «no tenemos ninguna información veraz, probada ni oficial» sobre el origen de la infección, según ha dicho Pajín a los medios.
La ministra pedirá a su homóloga alemana «claridad e información» acerca de la situación, y le cuestionará sobre la tardanza a la hora de detectar el foco de la infección.
En cuanto a las informaciones que apuntan a una plantación de soja en Alemania como posible origen, Pajín ha afirmado que «todavía no hay ninguna confirmación oficial», y que por tanto España «mantiene su preocupación».
Al ser preguntada por la seguridad de la soja que se consume en España, la ministra ha recalcado las «plenas garantías» de todos los productos que se consumen en este país, y ha afirmado que el Gobierno español no va a cometer el mismo error que cometieron con nosotros».
Pajín ha subrayado que por ahora no ha habido ningún caso de infección de E.coli en España, y ha añadido que «si hubiera que reforzar los controles, se hará».
En la reunión, Pajín también demandará a la CE «compensaciones por los graves e irreparables daños que se le han hecho a España», así como «fortalecer y mejorar los sistemas de alarma alimentaria de la UE».
En concreto, España pedirá que los mecanismos de información oficial «sean más rápidos», la unificación de los criterios de las pruebas sanitarias que se hacen en los diferentes estados miembros, y un mayor control de las obligaciones de los estados miembros para responder a los requerimientos de otros países.
Por último, Pajín ha anunciado que se reunirá este martes con los directores generales de salud pública de las comunidades autónomas para informarles de la situación.