Una nueva fuga de agua radiactiva de la central nuclear de Fukushima-1 amenaza con retrasar el comienzo de las operaciones para restablecer el sistema de descontaminación del agua, previsto para este viernes, según ha informado la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO).
La fuga se ha producido como consecuencia de una ruptura en el sistema de bombeo de agua. Los operarios de la eléctrica trabajan ahora en la reparación del circuito, aunque inevitablemente producirá un retraso en las tareas de descontaminación, indica la televisión estatal NHK.
La eliminación del agua radiactiva es una de las claves para resolver la crisis en Fujushima-1. Desde hace meses los operarios vierten unas 500 toneladas de agua para enfriar los reactores de la central y evitar así una nueva emisión de partículas radiactivas a la atmósfera. No obstante, este sistema ha hecho que el agua contaminada se acumule en la misma proporción.
La solución ideada por la compañía fue almacenar el líquido radiactivo en grandes contenedores, sin embargo, estos están llegando al límite de su capacidad, por lo que si no se descontamina rápidamente el agua, estos podrían rebosar en unos diez días. Esta situación podría agravarse con el comienzo de la temporada de lluvias.
La empresa francesa Areva y la estadounidense Kurion, ambas expertas nucleares, han contribuido a diseñar el sistema de descontaminación. Sus técnicos se trasladaron a Japón poco después del terremoto y el tsunami del 11 de marzo que causaron el accidente nuclear.
Antes de barajar la opción de limpiar el agua, las autoridades japonesas vertieron unas 10.000 toneladas de líquido radiactivo al océano Pacífico, lo que suscitó las críticas de China y Corea del Sur por los posibles daños a la fauna y flora marinas.