El desaparecido semanario británico News of the World también espió a la madre de la niña británica Sarah Payne, secuestrada y asesinada por un pederasta en el año 2000, tal y como ha denunciado este jueves la Fundación Phoenix, para la que trabaja la supuesta víctima de las escuchas.
La Policía ha informado a la aludida, Sara Payne, de que existen pruebas de que fue espiada por el detective Glenn Mulcaire. En este sentido, y aunque inicialmente se pensaba que algunos detalles personales anotados por Mulcaire correspondían a otra persona, finalmente han resultado encajar con Payne.
La mujer, que llegó a describir como «amigos» a los empleados de News of the World en una carta publicada el 10 de julio, en el último número de la publicación, se encuentra ahora «completamente devastada y profundamente decepcionada», según han explicado personas de su entorno al periódico The Guardian.
Rebekah Brooks
El espionaje sobre Payne se habría producido a través de un teléfono regalado precisamente por la antigua directora de News of the World Rebekah Brooks, que se lo entregó para ayudarle a estar en contacto con sus simpatizantes. Brooks negó durante una reciente comparecencia ante el Parlamento británico estar al tanto de este tipo de prácticas, que han puesto en tela de juicio las prácticas periodísticas de uno de los estandartes del imperio mediático del magnate Rupert Murdoch.
Brooks se ha apresurado a condenar estas revelaciones y ha explicado que el teléfono dado a Payne no era «un regalo personal», sino una forma de ayudarla en las iniciativas sociales que había emprendido. «La idea de que alguien en el periódico supiese que Sara o su equipo fuesen objetivo de Mulcaire es impensable», ha advertido, y también ha considerado «imperativo» que se investiguen estas nuevas denuncias y los responsables sean llevados ante la Justicia.
En el marco de las escuchas del semanario sensacionalista, uno de los casos que más consternación ha despertado entre la población británica es el de la niña asesinada Milly Dowler, cuyo teléfono fue intervenido e incluso se borraron algunos de sus mensajes, haciendo creer a la familia que estaba viva.