El presidente de Siria, Bashar al Asad, ha acordado con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, el fin de las operaciones policiales y militares contra los manifestantes, después de meses de enfrentamientos en las calles, según recoge un comunicado divulgado por la organización internacional.
Al Asad habría anunciado a Ban su decisión de cesar las operaciones de seguridad en el marco de una conversación telefónica mantenida el miércoles. En este diálogo, el secretario general ha formulado personalmente esta petición, transmitiendo al presidente su «alarma por las continuas violaciones de Derechos Humanos y el uso excesivo de la fuerza contra los civiles por parte de las fuerzas de seguridad, especialmente en el distrito de Al Ramel de la ciudad de Latakia».
En un paso más, Ban ha instado a Al Asad a «acometer un proceso pacífico y creíble de reformas que conduzca hacia un cambio integral», indicando que debe llevarse a cabo «rápidamente y sin intervención militar». Por su parte, el mandatario sirio ha contestado a esta solicitud enumerando las medidas que pretende adoptar en los próximos meses, incluyendo la revisión de la Constitución y la celebración de elecciones legislativas.
Además, el secretario general le ha reiterado la necesidad de llevar a cabo una investigación independiente sobre los crímenes y los actos de violencia cometidos, así como de permitir el libre acceso de los medios de comunicación» al país. En este sentido, el surcoreano ha obtenido la autorización del presidente para que personal de Naciones Unidas entre al territorio sirio «sin obstáculos» y evalúe la situación humanitaria de forma «independiente».
Entretanto, Ban está a la espera de que el Consejo de Seguridad remita al Tribunal Penal Internacional (TPI) la cuestión del uso de la violencia contra los manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad sirias, según han indicado algunos de los enviados especiales de la organización internacional.