Dos trabajadores han muerto quemados vivos cuando iban a reparar un horno en Leicester (Reino Unido). Los hechos sucedieron cuando su jefe les envió a arreglar la panificadora de la empresa. El horno gigante llevaba enfriándose ‘sólo dos horas’ (el tiempo normal es de 12 horas) cuando los empleados fueron llamados para que ir a repararlo, según informa el diario Daily Mail.
El procedimiento de la reparación es delicado ya que deberían buscar las partes rotas subidos a la cinta transportadora que traslada el pan por el interior del horno de más de 22 metros de largo.
David Mayes y Ian Erickson no sabían que la temperatura de la máquina era de 100 grados, cuando debería haber estado a 40º. Así es que se pusieron en la cinta transportadora a cuatro patas para poder desarrollar su trabajo, pero cinco minutos después, comenzaron a mandar mensajes de alerta a sus compañeros a traves de los walkie-talkies quejándoes de las altas temperaturas. El resto de empleados que estaban fuera, intentaron invertir para permitir a Mayes y Erickson salir del horno, pero fue imposible.
Uno de los cuerpos fue rescatado en el otro extremo del horno y el otro se quedó atrapado en la maquinaria.
Según el Daily Mail, esta imprudencia mortal se podría deber a que la empresa perdía unos 1.500 euros por cada hora en la que el horno estaba apagado.
Redacción Estrella Digital