El Departamento de Estado norteamericano ha emitido una alerta internacional de tres meses de duración para los ciudadanos estadounidenses por la posibilidad de que se lleven a cabo acciones contra Estados Unidos a raíz del desbaratamiento de un supuesto complot iraní para asesinar al embajador saudí en Washington.
Las autoridades estadounidenses informaron de que han frustrado un plan, impulsado por el aparato de seguridad iraní, para asesinar al embajador Adel al Jubeir. Uno de los responsables fue detenido el mes pasado y el otro se cree que está en Irán.
Mientras que el presidente estadounidense, Barack Obama, ha descrito el complot como «una flagrante violación de las leyes estadounidenses e internacionales» y Arabia Saudí lo ha tachado de «despreciable», la República Islámica ha negado categóricamente su implicación.
Estados Unidos e Irán, acusado por Washington de apoyar el terrorismo e intentar fabricar armas nucleares, no mantienen relaciones diplomáticas. Las relaciones entre Irán y Arabia Saudí son malas desde hace tiempo debido a las tendencias expansionistas que Riad ve en Teherán.
El Departamento de Estado dijo en un comunicado que «el Gobierno estadounidense considera que este plan apoyado por Irán para asesinar al embajador saudí podría indicar una actitud más agresiva por parte del Gobierno iraní en cuanto a los actos terroristas contra diplomáticos de ciertos países, que también podrían llevarse a cabo en Estados Unidos».
Irán rechaza las acusaciones
El embajador iraní ante Naciones Unidas, Mohamad Jazaee, ha enviado una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, en la que rechaza estas acusaciones y denuncia el «belicismo» de Washington. «Le escribo para expresar nuestra indignación por las acusaciones que han hecho las autoridades de Estados Unidos contra la República Islámica de Irán respecto a la implicación de mi país en un plan para asesinar a un diplomático extranjero en Washington», dice la misiva.
Esas acusaciones «tienen una motivación política» y demuestran «la vieja animosidad» que siente Estados Unidos «hacia la nación iraní», afirmó el embajador, que reiteró que Teherán «condena categórica y firmemente esta acusación vergonzosa».
El fiscal general estadounidense, Eric Holder, explicó el martes que el complot fue elaborado por la Guardia Revolucionaria iraní y la Fuerza Quds, el brazo operativo de ese cuerpo. «Los responsables del plan eran altos mandos de esos cuerpos, que forman parte del Gobierno iraní», declaró en una rueda de prensa.
Las fuerzas Quds, los organizadores del complot
La prueba principal que relaciona a Teherán con el complot son las palabras de uno de los presuntos conspiradores, que contó a las autoridades estadounidenses tras ser arrestado que había sido reclutado y recibido órdenes de hombres que, según él, eran altos mandos de la Fuerza Quds.
Los dos organizadores del complot eran, según las autoridades norteamericanas, Gholam Shakuri, miembro de la Fuerza Quds, y Manssor Arbabsiar, que fue detenido el pasado 29 de septiembre a su llegada al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy (en Nueva York) procedente de México.
Arbabsiar, que tiene 56 años, posee pasaporte iraní y obtuvo la nacionalidad estadounidense, cooperó con las autoridades tras ser arrestado. Habló por teléfono con Shakuri y actuó como si el plan siguiese adelante, según los documentos judiciales sobre el caso.
Arbabsiar compareció este martes en un tribunal de Manhattan (Nueva York) que ordenó su detención y le asignó un abogado de oficio.
100.000 dólares para que participarse en el complot
El plan comenzó a desarrollarse el pasado mayo, cuando Arbabsiar pidió la ayuda de una persona en México que supuestamente trabajaba para un cártel de la droga pero que en realidad era un informante de la Administración para el Cumplimiento de las Leyes sobre las Drogas (la DEA estadounidense).
El informante, al que Arbabsiar había pagado 100.000 dólares en julio y agosto para que participase en el complot, se puso en contacto inmediatamente con la DEA. En total, había pedido por el trabajo 1,5 millones de dólares.
El director del FBI, Robert Mueller, dijo en una rueda de prensa que el plan criminal podría haber servido para el guión de una película de Hollywood.
Shakuri aprobó el plan en una serie de conversaciones telefónicas con Arbabsiar, según los documentos judiciales. El informante habló con este último de la posibilidad de matar al embajador saudí en un restaurante de Washington al que iba a menudo, pero le advirtió de que podrían morir decenas de personas, entre ellas congresistas estadounidenses.
Arbabsiar respondió que eso no suponía «ningún problema» y que «no era para tanto». Según Holder, cuando este hombre fue detenido, confesó su implicación y dio más detalles sobre la supuesta participación del Gobierno iraní.